La Nación
COLUMNISTAS

¿Dónde ha estado el estado?

En Colombia es bueno acostumbrarse que detrás de una buena noticia siempre se esconda un grave problema. Lo positivo es que con hechos contundentes sobre la realidad del país, salen a la luz esas profundas debilidades que deben resolverse si de verdad se quiere lograr una paz sostenible.  Las últimas noticias confirman esta realidad que al paso en que vamos, parece una verdad de a puño.
 
El Gobierno acaba de anunciar que, "… recuperó 9 predios en el Meta y Caquetá, con red vial, 40.000 reses y que suman 289.000 hectáreas." Según el Presidente Santos es una extensión similar al departamento del Quindío, avaluada inicialmente en 450.000 millones de pesos. La pregunta de fondo es ¿Cómo se hicieron a ellas? Pues resulta que se tomaron zonas de reserva forestal —con las acabaron— y áreas de parques naturales, claramente predios de la Nación.
 
Varios elementos deben destacarse. En primer lugar es evidente que las Farc explotaron dichos terrenos sintiéndose propietarias de los mismos. La ganadería y agricultura moderna, la maquinaria, camiones, etc. que allí se encontraron lo confirma. Segundo, las declaraciones de los investigadores dejan claro que los baldíos también son de la Nación.
 
Sin duda, ésta es la mejor manera de armar el Fondo de Tierras para reparar a millones de víctimas del conflicto armado. Sin embargo, y he ahí el tema, queda en evidencia un inmenso problema que de no resolverse hará imposible dejar atrás los años de guerra y sangre que han caracterizado la historia colombiana, tanto reciente como pasada. Lo que este descubrimiento confirma es que no solo ahora sino siempre, el Estado Colombiano no ha tenido control sobre todo el país. La gran razón que ha permitido este exabrupto y por ende, la consolidación de mafias locales que hoy tienen en entredicho nuestra democracia. Ese hecho, por lo menos hasta ahora, formaba parte del paisaje colombiano sin que se midiera realmente su trascendencia.
 
Cabe aun otra pregunta: ¿Dónde han estado los gobernadores y alcaldes de estos departamentos que, para darles el beneficio de la duda, o no se dieron cuenta —bastante improbable—, o tuvieron miedo de reportar ese saqueo a la Nación? Por el perfil de la mayoría de los candidatos a ese tipo de posiciones locales para las elecciones de octubre, el hecho lamentable que queda es que al menos algunos de los mandatarios que van a reemplazar cohonestaron con las Farc.

Tristemente, dada la evidente cantidad de candidatos a posiciones regionales que están seriamente cuestionados, su acceso a ese poder puede terminar en que no se haga nada para recuperar lo que le pertenece al estado, o mejor, a todos nosotros los colombianos. Es por esto, entre otras razones que los colombianos que podemos votar, digamos No al voto por candidato cuestionados y Si los candidatos honorables y éticos. Esa es la gran consigna. Si de nuevo fallamos en esto, no solo perderemos las regiones del país sino la sostenibilidad de nuestro crecimiento. Así de simple.