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‘El agua de El Quimbo es muy mala’ 2 17 mayo, 2024
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‘El agua de El Quimbo es muy mala’

‘El agua de El Quimbo es muy mala’ 8 17 mayo, 2024
Represa de El Quimbo.

El profesor e investigador Santiago Duque, quien desarrolló un estudio del comportamiento de las represas en el Huila, responde cuál será el impacto que tendrá en Betania el paso de agua estancada de El Quimbo.

Más allá de la situación que hoy se vive con El Quimbo, usted plantea un problema ambiental de fondo en el río Magdalena, producto de las dos represas en el Huila (Betania y Quimbo). ¿Explíquenos?
Básicamente en la actualidad la cuenca alta del río Magdalena está regulada por dos embalses, Betania, y a partir del 2015 El Quimbo. Quiere decir que el río es transformado y modificado dependiendo del funcionamiento de estos dos nuevos cuerpos de agua que fueron construidos inicialmente para la generación  eléctrica. En el caso de Betania, años después fue considerado multipropósito con el fin de desarrollar actividad piscícola; entonces, hay nuevas condiciones ambientales que generan transformación en todo el ecosistema del Magdalena, en la parte alta dentro del Huila.

También se refiere a una mala calidad de aguas de El Quimbo, por estar debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar, aún sin tener en cuenta la biomasa en descomposición que hay en el vaso de la represa. ¿Ambiental y técnicamente, si era, donde está, el mejor lugar para construir una represa?
El de construir o no la represa ya es un asunto técnico e hidrológico, y económico. En esa parte no tengo los elementos como para considerarlo. El Magdalena es un río grande, que tiene caudales superiores a 300 y 500 metros cúbicos por segundo en promedio en ese tramo donde fue construido El Quimbo. Todo embalse que se construye es un ecosistema nuevo, que transforma un río en un lago. Obviamente eso genera cambios, impactos y transformaciones ambientales que se evidencian en cualquier embalse, muy especialmente en las primeras etapas de vida. Eso no solamente le pasa a El Quimbo. Normalmente, como reciben agua con carga de nutrientes y de materia orgánica de la cuenca, y adicionalmente le tenemos que sumar la biomasa que también se descompone, inician un proceso que se llama eutrofización. Es decir, el embalse nace con una carga de nutrientes muy alta en sus primeras épocas, que pueden ser meses y años, dependiendo de cómo funcione el sistema, hasta que se genera una estabilización. Eso produce que en la parte profunda tienda a no tener oxígeno, requerido para hacer la descomposición rápida de la materia orgánica que fue inundada. Particularmente en El Quimbo está sucediendo eso, es decir, hubo un retiro importante de biomasa que no tiene descomposición rápida, y por eso son las condiciones que muestran hoy el embalse. El Quimbo está ubicado mil metros por debajo del nivel del mar, es decir, en la zona calidad colombiana y por eso sufre un proceso de estratificación técnica.
 
La biomasa que no se retiró
Si el estudio de impacto advertía que la biomasa debía retirarse, ¿la decisión de modificar la licencia para permitirlo en un porcentaje no tuvo sustento técnico?
El sustento técnico estuvo, porque la Universidad Nacional fue contratada específicamente para resolver inquietudes que la Agencia Nacional Ambiental tenía sobre la licencia ambiental. En el 2014 hicimos un estudio de cómo se debería comportar el embalse de El Quimbo, con las condiciones de ese entonces de las aguas del río Magdalena. Este es un tema de manejo integral, es un complejo que se debe manejar integralmente.

¿Qué tan probable son graves problemas ambientales que afecten a las personas y peces por el estancamiento de aguas de El Quimbo y el bajo caudal de entrada de agua a Betania?
Es un hecho que las aguas que el día de hoy está liberando por descarga de fondo, es agua de mala calidad, eso implica que aguas abajo se está generando una problemática social y ambiental muy fuerte sobre pobladores y pescadores, que viven en ese tramo de 14 kilómetros. También es cierto que los volúmenes de agua y las concentraciones de oxígeno que deberían estar llegando al embalse de Betania están disminuidas, pero también hicimos un estudio en Betania antes del cierre de compuertas y llenado del embalse de El Quimbo, y ya el embalse de Betania mostraba condiciones significativamente con mal manejo, es decir, deterioro significativo de las aguas.

Qué va a pasar con la calidad de agua del Magdalena, de la que dependen aguas abajo muchas familias, piscicultores y pescadores.
Los procesos biológicos son lentos, entonces cualquier acción que se genere demora en demostrar su consecuencia o sus factores positivos. Si yo tengo un embalse como el de Betania, con serios problemas ambientales y además por la coyuntura le estoy inyectando agua de mala calidad proveniente de El Quimbo, no podemos esperar nada favorable aguas abajo.

La exministra de Ambiente, Cecilia Rodríguez Rubio, ha señalado que la generación de emisiones de metano, uno de los gases que más aporta al cambio climático, producto de la biomasa que quedó inundada en el Quimbo, es grave.  ¿Qué pasa con esto?
El año pasado el presidente Santos estuvo en la Cumbre Mundial de Cambio Climático y sabemos que hay una intensión internacional de hacer monitoreo más exigentes de lo que se llama gases de efectos invernadero, y los embalses del mundo son algunos de los posibles fuentes de gas en efectos invernadero. Es indiscutible que El Quimbo, como Betania, y muchos embalses de Colombia, pueden estar siendo fuentes importantes de efecto invernadero, porque están ubicados en la parte baja, están estratificados. Entonces, es un problema global,  por eso hay que monitorear para disminuir ese proceso.
¿Qué pasará la población alrededor de El Quimbo?
Hay que recordar que son siete los municipios que colindan el embalse. La pregunta es cómo están las plantas de tratamiento de agua de esos municipios, porque si no hay plantas de tratamiento, las aguas de los asentamientos humanos, inclusive de San Agustín, van a llegar a El Quimbo. El problema es de toda la cuenca alta.

Desde distintos sectores se han planteado dos propuestas ante la situación del Magdalena; que El Quimbo vuelva a generar energía o que se abran las compuertas. ¿Qué opina?
Es importante la importancia de El Quimbo, uno de los embalses más grandes del país en generar energía eléctrica para una etapa climática tan desfavorable como el fenómeno de ‘El Niño’, pero hay que mirar también los efectos ambientales. Que yo libere agua de El Quimbo, lógicamente aumentara el caudal del río Magdalena más abajo.  

Nuevas represas
Con los estudios que usted ha realizado en el Magdalena, particularmente en el Huila, ¿qué incidencia tendría la construcción de otras represas en la parte alta de la cuenca, tal como lo señalan los estudios contratados por Cormagdalena?
La realidad es que la cuenca alta del Magdalena vive una transformación severa, sin embargo, sin El Quimbo y sin el posible nuevo embalse, quiere decir que debe haber un manejo integral de la cuenca. Primero se tiene que atacar el problema que es el manejo, y luego sí pensar en la construcción de otras represas.
 
 

‘El agua de El Quimbo es muy mala’ 9 17 mayo, 2024
Santiago Duque, limnólogo de la Universidad Nacional, especialista en el estudio de los ecosistemas acuáticos continentales.