La Nación
COLUMNISTAS

El amor en pareja. Por Maritza Rocío López V.

Bien dicen por ahí que el amor en pareja hay que cultivarlo todos los días para recoger sus frutos en momentos de felicidad, de tempestad, de crisis.  Hay quienes piensan que el amor llega mágicamente porque así lo perciben, confundiendo al amor con la atracción, con el erotismo. Cuando dos personas se sienten atraídas se sienten cautivadas, hechizadas, encantadas, como en un cuento de hadas. Sin embardo, el verdadero amor, además de intimidad y pasión  requiere, amistad, confianza, intereses, metas comunes, solidaridad, tolerancia y comprensión. El amor en pareja es ver al otro con respeto, tal cual es, con la conciencia de su propia individualidad, es distinguir la vida de uno, la vida del otro y la vida que tienen en común, contribuyendo a su crecimiento y desarrollo para que logre ser quien es y sea realmente feliz. El amor en pareja es conocer al otro, para ver más allá de lo aparente, de los comportamientos difíciles, es reconocer las razones que conllevan a ciertas decisiones, porque amar es una experiencia que va más allá de las palabras y el pensamiento. Es amor en pareja es entender que cuando se ama se está ante la presencia de alguien en proceso de crecimiento, de cambio.  Es saber que exige adaptación.  Es permitir la libertad del otro, sin dominar, someter, humillar o controlar. El amor en pareja esta condenado a fracasar si la mujer es concebida como un objeto sexual, como una eterna romántica soñadora, que vive a la espera del príncipe azul y los hombres como si fueran incapaces de amar a una sola mujer. El amor de pareja está condenado a desaparecer sino se intenta comprender que no depende de las apariencias, de las riquezas, que no se trata de una cuestión de suerte, azar o simple atracción sexual, mucho menos una forma de huir de sentimientos de soledad. El amor en pareja está condenado a morir, cuando está cargado de exigencias, control y desconfianza, produciendo el efecto contrario del que busca, la persona controlada suele sentirse presionada, agotada por las exigencias de su pareja y es muy probable que lo abandone o se queme en la relación. Si queremos relaciones auténticas, valiosas, donde el amor de pareja  perdure, es necesario comenzar con uno mismo, trabajar para transformarse en una persona elocuente, respetuosa, responsables, en una persona consciente, creativa, e independiente, capaz.