Entre los varios aspectos positivos para resaltar de este año que termina está sin lugar a dudas los esfuerzos del gobierno por consolidar el proceso de paz iniciado hace más de cinco años y que culminó con los acuerdos de la Habana con las Farc. Quienes preferimos el fin de la lucha armada entre el gobierno y las agrupaciones subversivas, cuyas consecuencias han sido desastrosas para todos los colombianos a lo largo de más de 50 años, nos llena de optimismo las informaciones que registran los medios de comunicación sobre la cesación casi total de las muertes y los heridos por la confrontación con esa agrupación armada. Así como también por las voces de los campesinos y los empresarios que muestran como a lo largo de este año, cesaron las extorsiones y los secuestros de esa guerrilla que antes los azotaban intensamente.
Las declaraciones por la TV de los directivos del Hospital Militar y que ahora vienen mostrando las redes sociales, según las cuales solo quedaba en la semana pasada un herido en combate en esa institución y que a lo largo del año tan solo habían atendido 32 heridos en el marco del conflicto, muestra a las claras que la paz se viene consolidando para el bien de todos los colombianos. Las estadísticas a partir del año 2011, cuando se iniciaron los diálogos de la Habana, dejan al mismo tiempo la resolución gradual del conflicto al disminuir año a año los muertos y los heridos.
Por otra parte, los empresarios, los agricultores y los comerciantes del Huila vienen expresando su satisfacción por el cese de las extorsiones que hasta el año pasado los obligaban a entregar a la guerrilla de las Farc, cuantiosas sumas que debilitaban sus actividades productivas. Una prueba de lo anterior es que muchos de ellos ya no utilizan guardaespaldas en sus quehaceres cotidianos, tal como varios de ellos lo cuentan ahora en las reuniones. Esto quiere decir que se avecina una nueva historia para nuestro país. Ya no será la de las masacres, los secuestros, los asesinatos y los desplazamientos por cuenta de la guerrilla de las Farc que a lo largo de tantos años golpeó a la población y el desarrollo de Colombia
Quienes fuimos sus víctimas directa o indirectas tenemos el deber de perdonar y reconciliar para poder construir un nuevo país. El año 2016 pasará a la historia como el año de la paz.