Impotencia, rabia, dolor, son apenas algunos de los sentimientos que despierta un atraco en una víctima, además del impacto y el sentirse vulnerado en su integridad. Y el sufrimiento se incrementa si hay lesiones físicas de por medio.
Por eso, cada caso de inseguridad debe dolerle a la ciudad, como el de la comerciante Natalia Bonilla Pascuas, de 28 años de edad, quien recibió un impacto con arma de fuego en medio de un asalto, en hechos registrados en cercanías al centro comercial Único, en el norte de Neiva.
El relato que ha entregado el esposo de la víctima es impactante: “Estábamos donde la abuela de ella dejando a la hija que se iba a quedar esa noche, al momento que prendí la moto y ella se iba a montar, llegaron dos tipos por la parte de atrás; creo que ya nos habían visto, se devolvieron a robarnos…Nos intimidó, le quitó el bolso a mi señora, él se dirigió hacia mí a robarme, yo me bajé de la moto, tenía el celular en la mano, el tipo arrancó a correr, pensó que era un arma de fuego, lo perseguí como diez pasos para recuperar lo hurtado…El hombre se monta en la moto, nos dispara y veo que mi señora cae”.
El proyectil rozó el brazo derecho e impactó el cuerpo de Natalia causándole graves daños a sus órganos. La bala entró por el tórax perforando los dos pulmones, dañando una vértebra y rompiendo la médula ósea. Los daños son irreversibles.
Frente a estos hechos de inseguridad, toda la comunidad neivana debe movilizarse y colaborar con las autoridades para dar con el paradero de los responsables de esta clase de episodios.
La Policía y la Fiscalía deben, por su parte, disponer de todo su aparato de inteligencia, investigativo y judicial para golpear las bandas dedicadas a los atracos a mano armada en la capital huilense.