Un formato especial para degustar el café, ha comenzado a hacer carrera en el departamento del Huila, principalmente en su capital, Neiva.
Si bien la región tiene un amplio sector de su economía basado en el cultivo del café, no fue apenas hasta hace apenas algún tiempo cuando la cultura de degustar esta bebida en la casa o en las cafeterías comenzó a extenderse a lugares más especializados.
Para la directora de Fenalco capítulo Huila, Andrea del Pilar Bautista, la tendencia que ahora comenzó a tomarse el departamento, es copiada de la mundialmente famosa cadena Starbucks.
Sin embargo, según Ana María Sierra, coordinadora Ejecutiva del Programa de Promoción de Consumo de Café de Colombia de la Federación Nacional de Cafeteros, el disfrute de esta bebida en Colombia, en lugares no tan populares como las cafeterías, comenzó a tomar auge con las tiendas Oma, en la década de los 80.
Ya como tal, las tiendas especializadas nacieron aproximadamente en el año 2000 como respuesta a la caída de los precios internacionales del café. Fue entonces cuando la Federación Nacional comenzó a liderar la tarea de ponerle valores agregados en la cadena productiva.
El auge
De acuerdo con el presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva, Ariel Rincón Machado, el auge de las tiendas de café en el departamento obedece a que además de tener la cultura y la dinámica económica, los huilenses están aprendiendo a disfrutar del café.
“Creo que tan solo ahora es que los colombianos, los huilenses estamos aprendiendo a disfrutar una taza de café con los diferentes aromas en las condiciones de cocción, filtrado. Tan solo hasta ahora cuando se han ido profundizando todas estas técnicas. Escuchando a los baristas y catadores, toda la vida lo que hemos estado tomando es pasilla. Pero inclusive ese residuo era el que se estaba tostando y se estaba preparando. Hoy tenemos la oportunidad de comprar los cafés especiales, no solo prepararlos de la manera tradicional, sino de que hay que hacerlo de manera diferente para que conserve los sabores y olores”, asegura Rincón Machado.
Agrega que precisamente ese ritual con el que ahora se bebe una taza de café es el que se ve en las tiendas especializadas cuyo número viene creciendo.
Ariel Rincón destaca que también hay un tema de fondo y es que se está incentivando el consumo per cápita, pues aunque el Huila es uno de los mayores productores, es donde menos se consume café por habitante.
Las tiendas cuentan con avanzados sistemas de preparación del café.
Valor agregado
Según los expertos, la creciente cultura de beber café ha alcanzado tal éxito, que necesariamente eso ha obligado a agregarle valores agregados.
En ese sentido, las tiendas de café están adicionando otros acompañamientos como pastelería de alta calidad, jugos, capuchinos fríos y calientes, batidos, y frappé, entre otros.
Y como si fuera poco, la calidad del café que se prepara es de la mejor, pues ahora es más fácil disfrutar de un buen gourmet, o especial traídos directamente de las zonas donde se cultiva en el Huila.
Andrea del Pilar Bautista, directora de Fenalco, sostiene que muchas de las tiendas también están ofreciendo aire acondicionado, internet pero sobre todo, un buen servicio y esos son de sus mayores atractivos.
“Tienen unas fabulosas máquinas, en su mayoría italianas, de diseño no convencional y eso genera también un atractivo. Pero lo más importante es que usted se encuentra una gran variedad de café, en todos los tamaños y recetas que se quieran”, subraya.
En cuanto a la inversión en estos negocios, afirma Bautista que suele ser significativa pero lo vale porque es un mercado que cada vez es más masivo.
Para Antonio Picón, la buena atención y calidad, son elementos primordiales.
Toma café
Para Ana María Sierra, coordinadora Ejecutiva del Programa de Promoción de Consumo de Café de Colombia de la Federación Nacional de Cafeteros, es cierto que hay un crecimiento de lo que llama puntos de venta, principalmente en regiones donde hay cultura de esta bebida.
Señala que desde el programa Toma Café, cuya dinámica arrancó en 2010, también se ha impulsado que la preparación se haya convertido en todo un ritual alrededor de su preparación.
“Se han formado baristas y encontramos diversas fuentes para que esto esté sucediendo, no solamente en el Huila, sino en muchas otras ciudades del país. Son pequeñas tiendas que no son de cadena, ni de grandes inversionistas sino que son negocios familiares”, asegura Sierra.
De la mano de los que lo preparan, el programa Toma Café a través de los comités de cafeteros también se han dedicado a culturizar un poco más a los consumidores sobre esta bebida, pues aunque este es un país cafetero, realmente poco se sabía del grano.
Significa que ahora quien monta una tienda de café o un punto de venta, se encuentra con una clientela que sabe qué es lo que se va a tomar, cómo lo quiere, y con qué características, de paso está dispuesto a pagar el precio por una bebida de calidad.
La pastelería también es un valor adicional de las tiendas de café.
Más allá
Pero según Sierra, lo que también ha ayudado a este positivo panorama es el desmonte de muchos de los mitos errados alrededor del café. Y de eso también se ha encargado el programa Toma Café de la Federación.
“Lo que hemos hecho es divulgar una serie de estudios recientes que por el contrario muestran una serie de beneficios, y eso también contribuye a estimular esa demanda. Porque no es solo promover, sino que si se tenía un pero o una barrera, pues las cosas cambian cuando se les dice a los consumidores que un consumo moderado y habitual puede incluso traer beneficios. Eso da más motivos para consumir café”, explica Sierra.
Además, a estas alturas la Federación Nacional ha hecho buena investigación no solo sobre tendencias y gustos de los colombianos, sino que también eso se ha socializado con la industria, lo que ha permitido que haya innovación y por tanto la oferta de café sea amplía.
Dadas estas condiciones, se tiene entonces que estas tiendas se han convertido en muy buen negocio, con rentabilidades brutas que podrían alcanzar entre 200 y 300 por ciento, según Sierra.
El boom de las tiendas de café también llegó a Timaná.
Algo diferente
Antonio Picón abrió hace poco un café en Neiva, o una cafetería como él prefiere llamarla. Para este español casado con una huilense, es claro que hacía falta esta clase de negocios pero de muy buena calidad. Explica que lo que está pasando en el Huila con los nuevos sitios para degustar un buen café, es un boom.
“Yo quería algo diferente, quería variedad de productos y con valores agregados. Por eso abrimos Escabeche, un lugar con atención personalizada, la mejor. Aquí todo lo preparamos nosotros, el café que vendemos es gourmet, tipo exportación”, explica.
Pero cree que aún falta mucho por lograr, pues está convencido de que en el Huila se necesita una mayor cultura de café y para ello, dice, hay que ir educando a la gente.
En su caso, quiere convertir el negocio en un verdadero tertuliadero, un lugar para compartir con los amigos, un buen café en todas sus presentaciones, o un jugo acompañado de pastelería de calidad, incluso española.
“Estos cafés tienen sabores diferentes. Es como el vino, no siempre saben igual porque eso depende de la tierra donde se cultive la uva o el grano. Hay que tener en cuenta muchos factores como la altura, la frecuencia dela lluvia, en fin. Y creo que acá se necesita que se entienda el café porque lo degustan pero no saben nada de su origen. Hay muchos paladares que aún no están educados”, afirma Pico.
Y afirma que en este negocio solo sobrevivirán aquellos que sean constantes en calidad y servicio.
Algunos de estos negocios tienen su propia marca de café como las del caficultor, Javier San Juan, en Pitalito y Bruselas.