La Nación
COLUMNISTAS

El cambio está en la ejecución

Las ciudades que hoy se muestran como modelos latinoamericanos de cambio han podido dar el salto de la infecunda formulación de ideas, a la planeación por objetivos y la ejecución en tiempo. En la cultura japonesa se castiga la “parálisis por análisis”, una cómoda manera de evitar el momento de la acción, que identifican como un rasgo generalizado en los charlatanes de Occidente. Hablamos mucho y ejecutamos poco, según su percepción. Una característica de esa cultura milenaria del imperio japonés es la correcta ejecución de las tareas encomendadas, de manera sistemática y sin descanso. Si algo está bien, no se detienen a pensar cómo cambiarlo, sino cómo hacerlo mejor cada vez.

Inicio con esta reflexión del modelo gerencial de Oriente, para hacer un símil con la administración pública a nivel regional. Algunos casos de éxito que he tenido la fortuna de conocer, han tenido características que describí atrás. Guayaquil, ciudad en la que viví por dos años, es un fenómeno del desarrollo urbano. Pasó de ser una ciudad maloliente y desordenada, asentada a orillas del río Guayas al cual le daba su espalda permitiendo que sus riveras fueran expendio de drogas, basurero municipal y dormitorio de indigentes, a ser una ciudad ejemplo de renovación urbana y cultura ciudadana.

Construyó en su río un Malecón de 2,3 kms que invita a la inclusión social con zonas de esparcimiento, comercio, cine, arte, turismo e historia. Esta inversión en cemento se acompañó de políticas públicas que llamaban a la transformación urbana de las zonas aledañas, desplazando los burdeles y los talleres metalmecánicos, para darle paso a edificios de oficinas, hoteles y comercio. El malecón solo fue el inicio de enormes cambios: megacolegios, mejores andenes para la gente en un centro ampliado, mejoramiento de la infraestructura vial con túneles e intercambiadores viales que minimizan tiempos favoreciendo el transporte público. Y no se quedaron allí, en 2006 presencié la inauguración de su moderno aeropuerto y hoy ya tienen planes de sacarlo de la ciudad para tener uno aún mejor que les dé mayor acceso internacional.

Ciudad de Panamá, en donde tuve la suerte de vivir, es otro ejemplo. Su desarrollo en los últimos 10 años es brutal por decir lo menos. Tuvieron la osadía de “comerse” espacio del mar, para desarrollar una autopista costera a 8 carriles que desembotelló el tráfico vehicular. Esta cinta costera no solo es amigable con los carros, contiene en toda su longitud ciclo rutas, canchas múltiples, parques para niños, espacios de cultura y comercio que han cambiado el polo de esta ciudad portuaria. En 2010 salimos de esta ciudad y estaban diseñando un metro subterráneo. Hoy ese metro ya es un hecho y Bogotá lleva 50 años rediseñando el suyo.

Vengo de conocer el modelo de Montería que merecerá más de un artículo. Conociendo la experiencia de la capital de Córdoba, reafirmo mi tesis de gestión y ejecución como premisas fundamentales para lograr el cambio. El río como eje central de desarrollo y la gente como único objetivo. Su Alcalde que viene del sector privado, lidera el cambio iniciado en administración pasada, imprimiendo ahora indicadores de gestión para medir sus objetivos. No en vano ha sido reconocido como el mejor alcalde de Colombia y nominado como uno de los mejores del mundo. Su gestión ante organismos nacionales y multilaterales, ha hecho que los sueños de ciudad se vean reflejados en bienestar social y desarrollo urbano. Neiva merece la oportunidad de lograr este cambio. Nuestro equipo trabaja de manera responsable y profesional, construyendo en conjunto con la ciudadanía ese anhelado objetivo. No solo propuestas, ofrecemos ejecución.