Píter Bonilla Díaz
A mis de siempre queridos lectores y a los bienvenidos ocasionales, les anticipo que por cuestión de espacio, ésta columna pasa del periódico a la página Web. También la podrán conocer las personas que hacen parte de mi grupo por WhatsApp, a través del Facebook y por Twitter. Éste es mi comentario
¡Qué cantidad de sucesos!: Los efectos de la controvertida nueva reforma tributaria. La intempestiva, pero cantada renuncia del abogado huilense Álvaro Hernán Prada Artunduaga a su curul en la Cámara de Representantes. Las últimas polémicas encuestas, son, con otros registros noticiosos relevantes, los que han suscitado la atención por estos días. Y que han ocasionado la inevitable polémica.
En el orden relacionado, evidentemente se requiere por lo menos la mínima recuperación para el manejo financiero de la nación por parte del Gobierno, ante el enorme hueco fiscal que le dejó la irresponsable anterior Administración. Que por lo general estas cargas no son de buen recibo, con el consiguiente rechazo al considerarlo “mano pueblo” como apretón asfixiante por la precariedad de sus recursos económicos.
Es la causa de que semejante “papayaso” para la oposición radical se diga que pareciera que el propio jefe del Estado y el verdugo ministro de Hacienda, le estén haciendo muy efectiva la campaña presidencial, entre otros, a Gustavo Petro Urrego. Se refleja en las últimas encuestas, con la aparente disparada de Petro y el bajonazo del apoyo ciudadano a la gestión del Mandatario. Que de paso, tan inoportuna, afecta igualmente al Partido de Gobierno en su aspiración de continuar con el poder en el entrante cuatrienio. A su fundador el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Y de contera evitarle a los colombianos la desgracia de ser gobernados por un régimen tirano y sátrapa como el comunista.
Como es justo difundir el concepto de personas conocedoras a profundidad sobre el empecinamiento del Jefe del Ejecutivo en presentar una nueva tributaria, y para ofrecer la opinión prácticamente oficial, como respuesta a uno de mis comentarios publicados a través de las redes sociales, gustoso lo transcribo, pese a que por interpuesta persona, ante la imposibilidad de consultarle al autor, si le doy el correspondiente crédito, con la mejor voluntad la transcribo:
“Nadie podía predecir un pandemia. La mayoría de las naciones, comenzando por Estados Unidos, están tramitando reformas fiscales.
El presidente Iván Duque Márquez tenía dos alternativas: no hacer nada y dejar explotar la “bomba social” producto del hambre, y que el país pierda el grado de inversión (quiebra). O presentar la reforma que apunta a evitar los dos males. Ahora, entre otros males, a la patria la está matando el populismo a base de mentiras. La izquierda estaba desesperada por salir a la calle por cualquier motivo. Lo más fácil para el jefe del Ejecutivo era actuar de forma irresponsable con los colombianos y dejar que la bomba le explote a su sucesor.
Él ya cumplió presentando la reforma, que sus efectos cobrarán vigencia en 2023 y quedó en manos del Congreso de la República. Si sucumbe, (clamor de la izquierda para cobrar la quiebra del país y el grito de los hambrientos) la responsabilidad histórica será de quienes la hundan.
Duque recibió el país quebrado, un acuerdo de paz billonario y desfinanciado, la peor migración de la historia del planeta, una pandemia, una oposición rabiosa de la izquierda y otra soterrada de la derecha. Finalmente, al Presidente le queda menos de año y medio para que descansen sus detractores”.
Volviendo al referido muestreo por la intención electoral, es un campanazo para que los colombianos despierten de lo que se vendría, repito, para ser más explícitos y salvarnos de que la nación se convierta en otra Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Con optimismo cierto se espera que otro sea el resultado de la cruzada comicial cuando los sectores de centro y derecha convengan un solo aspirante, por supuesto con talante de estadista y sin mácula.
He sostenido la teoría, por lo observado en últimas jornadas históricas eleccionarias presidenciales, que, quienes aparecen inicialmente abajo en las encuestas, incluso los que no se han postulado, son los ganadores.
En lo concerniente al representante Álvaro Hernán Prada, no tenía otra alternativa que renunciar a la investidura de congresista para liberarse del voraz ensañamiento de la Corte Fariana contra el Uribismo. Su proceso judicial perversamente urdido maquiavélicamente por el diabólico Iván Cepeda Castro,(hijo de quien un frente de la chusma llevara su nombre), contra el ex mandatario, en complicidad con algunos magistrados, caso que implicara al parlamentario Prada Artunduaga, y como es sabido pasará a la justicia ordinaria. Precisamente donde se encuentra el del ex presidente. Ahí, aparentemente hay más seguridad jurídica.
Auguro, pues, la mejor suerte para éste otro Álvaro, como lo fue el sacrificado Gómez Hurtado, ahora para el destacadísimo Uribe Vélez, y al igualmente tocayo de los dos, el copartidario y paisano amigo Álvaro Hernán.