La Nación
El comentario de Elías Deficiencia estatal 1 19 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El comentario de Elías Deficiencia estatal

Jorge Guebely

Verdades del conflicto armado colombiano surgen en los recintos de la JEP. Testimonios que confirman y reconfirman el origen de nuestras guerras en la ausencia del Estado. Ausencia geográfica porque no cubre el territorio nacional, ausencia rural porque no protege a los campesinos, ausencia urbana porque no ampara a los ciudadanos comunes, ausencia social porque trata a los estratos menores como peones de una finca mayor. Estado mezquino, sólo opera para la elite y sus áulicos. Comité legal de potentados, según Marx, para gestionar negocios particulares, para proteger sus privilegios sociales.

Actores del conflicto, víctimas y victimarios, confiesan civilizadamente sus verdades, las razones por las cuales se derrumbaron en la guerra. Los campesinos, sin alternativas económicas, sin tierras, sin vías, sin servicios sociales, sumidos en una infame pobreza, se vinculaban a los ejércitos ilegales y al cultivo de coca. Los guerrilleros, excluidos política y económicamente, engrosaban las filas de los rebeldes; mataban y se hacían matar por un país más incluyente, más justo, más equitativo. Los terratenientes, agobiados por la extorsión, el abigeato, el secuestro y la inoperancia estatal, optaban por los ejércitos privados y por los paramilitares, esos pavorosos negociantes de la muerte. Todos señalaban al Estado, inquietante fracaso social y humano.

Mezquina institución jurídica, sólo alcanza para las elites liberales y conservadoras. Para los militares de alta alcurnia, para los políticos de alta alcurnia, para los potentados de alta alcurnia y para sus corruptos funcionarios que “voracitan” del suelo las migajas caídas de las mesas. Parodiando a Bakunín: inmenso cementerio donde los excluidos sepultan sus vidas. Mecanismo de opresión y represión del más fuerte sobre el más débil.

Estado sin intenciones filosóficas como lo proponían los griegos. No está en su misión el crecimiento material y humano de sus pueblos que sólo los consideran esclavos de la posmodernidad, los que ofrendan sus vidas para que los miembros de la elite afinen sus privilegios. Ni siquiera tiene intenciones maquiavélicas, mantiene a su elite en el desasosiego por la permanente rebelión popular a raíz del descontento social. Distinto el Estado maquiavçelico, donde “… los príncipes inteligentes tienen el cuidado de no reducir la nobleza a la desesperación, ni el pueblo, al descontento”. El nuestro, simplemente es un Estado neoliberal, tercermundista, buen ejemplo de la descomposición del Estado liberal por su exceso de godismo. Aparato que promueve el caos, el alimento exquisito de los poderosos.

Mientras tanto, la JEP sigue develando verdades, los horrendos crímenes que los verdaderos criminales tratan de ocultar a cualquier precio.

jguebelyo@gmail.com