Una cama de arena sirve de lienzo, un puñado de cemento se convierte en óleo y un palustre se transforma en pincel. Las opciones de herramientas a la hora de crear son infinitas, cualquier material puede convertirse en una pieza digna de exhibición con la ayuda de unas manos que moldeen y unos ojos que proyecten como los de Andrés Felipe Cabrera, un aipuno que desde hace cuatro años se ha dedicado a convertir el concreto en arte.
“La técnica que uso es ferroconcreto, a diferencia de las otras, esta tiene mucho más trabajo, porque primero se hace una estructura metálica interna, sobre la que se moldea el concreto, la mezcla se refuerza con un aditivo, que se llama sika, es impermeabilizante para que la obre perdure más”, expresó el artista.
Sus ‘óleos’ de cemento y su arte en concreto, están plasmados en diferentes partes del país, municipios como Aipe, donde hizo su primera obra, La Plata y Gachetá donde realizó un pesebre en el parque principal, entre otras obras y Tibú, Norte de Santander.
“Ahora estoy restaurando una obra en Puente Nacional, Santander, una obra de un maestro santandereano, me encomendaron la misión de restaurarla, en eso estamos”, finalizó.
Son más de 40 las figuras esculpidas en cemento, las obras del artista huilense se mueven entre los límites de la realidad y lo fascinante. El volumen, la forma y el uso de materiales poco tradicionales se funden en una amalgama creativa que logra sorprender a quienes han disfrutado de sus creaciones.
