La Nación
COLUMNISTAS

El deterioro social

¿No será que vamos por el camino equivocado? ¿Por qué a pesar de tantas estrategias sociales, en las ciudades y campos en Colombia está aumentando la inseguridad de una manera escandalosa?

Sin entrar al tema de los alzados en armas o los delitos de “cuello blanco”, que son también parte de la inseguridad que vivimos en nuestro país, el raponeo y el sicariato están adueñándose de las calles que antes eran tranquilas.

Aumentar las penas por esta clase de delitos, fortalecer el pie de fuerza policial y aumentar los gastos de seguridad personal, han sido las únicas alternativas que se han encontrado. Por ejemplo, la venta de casas en conjuntos cerrados es una alternativa muy recurrente ante esta ola de delincuencia, convirtiendo a las ciudades en pequeñas islas pero brindando mejores garantías para el bienestar de las familias.

Si nos detenemos a pensar lo que era la vida hace apenas treinta años, las cosas han cambiado totalmente; los conjuntos cerrados eran escasos, las casas no tenían mayores seguridades, ni rejas, ni alarmas, ni cámaras de circuito cerrado y por lo general una buena parte del día la puerta principal permanecía abierta de par en par; sí habían hurtos pero en menor escala.

Tal parece que el desarrollo social en nuestro país no ha tenido en cuenta la raíz del problema de la delincuencia, específicamente la atención al menor de edad.

Un ejercicio básico sería revisar cómo ha sido la vida de un sicario que tiene 17 años de edad; ¿cómo llegó a ese estado en tan corta edad?; ¿cuál fue su origen y su entorno familiar?; encontrando las respuestas a estos interrogantes posiblemente saquemos las conclusiones que ya conocemos: proveniente de una familia desarticulada, una infancia conflictiva sin formación en valores y conviviendo en “escuelas del delito”.

Considero que el Estado se encuentra desenfocado para encontrar solución a esta problemática; precisamente, el hacinamiento en las cárceles es un indicador palpable sobre la modificación que requieren las políticas sobre el desarrollo social en Colombia.

Se debe prestar mayor atención a los menores de edad que viven en situación de riesgo en su formación; hay que fortalecer el aprendizaje de valores y motivar la integración familiar como factor fundamental hacia la búsqueda de una mejor calidad de vida. Solamente con un programa ambicioso con estos o mayores alcances podríamos evitar hoy una gran cantidad de futuros delincuentes.