El mes pasado el diario LA NACIÓN informaba que de nuevo, luego de que una gran mancha de petróleo llegara hasta el propio río Magdalena, un camión cargado de 230 barriles de crudo proveniente de Villa Garzón (Putumayo) con destino al puerto de Barranquilla, se había volcado en la vía Neiva-Pitalito en el sitio conocido como Los Altares, contaminando la quebrada Guandinosita y el río, tras amenazar, de paso, las piscícolas de Hobo en la represa de Betania.
En esta ocasión tan sólo el 20% del crudo pudo ser recuperado.
Desgraciadamente hechos como el señalado se han convertido para los huilenses en el pan de cada día, cobrando ya la vida de numerosas personas y poniendo en grave riesgo las fuentes hídricas en el departamento, muchas de las cuales alimentan acueductos municipales y veredales. Así las cosas, resulta comprensible que el propio alcalde de Pitalito a la cabeza de su equipo de trabajo, haya alzado su voz indignada, como en otros tiempos lo hiciera con ejemplar coraje La Gaitana, ante lo que considera inacción de la Policía de Carreteras, que pareciera -afirma- haber dado la espalda a los ciudadanos dejándolos solos.
Se reporta que la Corporación del Alto Magdalena (CAM), ha sancionado 19 empresas transportadoras de crudo por no contar con el correspondiente Plan de Contingencias para el Manejo de los Derrames aprobado por las autoridades ambientales.
La política de transportar petróleo en crudo por medio de carro-tanques ha sido definida en las esferas del Alto Gobierno, al parecer ante la incapacidad de preservar de ataques terroristas los oleoductos existentes, como parece haber ocurrido en el caso del oleoducto Transandino entre el Putumayo y el puerto de Tumaco.
En materia de movilidad el retroceso ha sido evidente. El desplazamiento entre Neiva y Pitalito que antes tomaba entre tres y media y cuatro horas, ahora toma 7 u 8 horas, incluso más tiempo. Esta circunstancia afecta gravemente la actividad turística en San Agustín y su circuito. Poco eco ha tenido la situación en los medios periodísticos nacionales. Tampoco, salvo la de un Representante a la Cámara por el Huila que ha llevado el debate al seno de esa Corporación, ha habido eco entre quienes, ya en campaña electoral se esfuerzan por congraciarse con los huilenses en sus aspiraciones de llegar a ser, o continuar siendo, honorables Padres de la Patria.
Más inquietud producen los anuncios del Ministerio de Minas y Energía, en el sentido de que se abrirán nuevas licitaciones para contratar el servicio de más empresas de carro- tanques para el transporte de crudo por las maltrechas carreteras de Colombia. ¿Estamos analizando la relación beneficio/costo para el Huila? ¿Las pocas vías están diseñadas para estas sobrecargas?