Francisco José García Lara
Se les dijo y se les advirtió reiteradamente, pero no hicieron caso, para un gobierno sin norte, sin programa, la cadena perpetua para abusadores y asesinos de niños era un proyecto taquillero, aunque vulnerara el espíritu de la carta magna.
El congreso se prestó para el sainete, allá los análisis y el intelecto son escasos, algunos expresaron dudas que terminaron siendo aplastadas por la mayoría, finalmente el gobierno salió airoso y mostró como un gran logro la aprobación de su promesa de campaña: el acto legislativo que estableció la cadena perpetua para los crímenes antes mencionados.
No importó que la impunidad en esos delitos sea del 95%, es decir que de nada sirve incrementar la pena cuando no capturan y enjuician al delincuente, o que las penas actuales son más que suficientes y basta con aplicarlas, necesitaban del populismo punitivo para alborotar la galería.
Obviamente, el acto legislativo no pasó el examen de la corte constitucional, fue declarado inexequible porque violaba principios fundamentales y eventualmente sustituía el orden constitucional actual, o sea que se cayó según lo que se había pronosticado y por las razones que se les dijo iban a llevar a su caída.
Una vez conocido el comunicado de la corte comenzaron a rasgarse las vestiduras quienes originaron el acto legislativo, que a ciencia y conciencia sabían que no iba a pasar el examen constitucional, asegurando que se habían protegido los derechos de los criminales y desconocido de pasada los de los niños, sin asumir una pizca de la responsabilidad por haber promovido un proyecto que no era constitucionalmente viable.
Este parece ser el epilogo del sainete de la cadena perpetua que pretendía proteger a los niños de abusadores, violadores y asesinos, reflejo de la ausencia de propuestas para establecer verdaderas políticas de estado para prevenir esos delitos, por eso se acudió a lo fácil, proponer un acto legislativo, finalmente, aquí las leyes nos encantan, creemos que son la solución para todo, aunque sepamos de antemano que serán inocuas o declaradas inexequibles.
Pero este proceso podría tener una segunda parte, ahora los mismos promotores de la cadena perpetua andan con la idea de un referendo, el cual seguramente correrá la misma suerte del acto legislativo declarado inexequible, pero servirá para la campaña política que se avecina, no sobrara el despistado que se coma el cuento y lo respalde con su firma.
En definitiva, conservar el poder en el 2022 está por encima de cualquier otra consideración, incluyendo por supuesto, los derechos de los niños que aseguran proteger.
garcia.francisco@javeriana.edu.co