José Manuel Acevedo M.
En los últimos días el futuro del Partido de la U ha capturado la atención de varios opinadores. Sin candidatos presidenciales a la vista, con el temor a perder curules en el Congreso y con la renuncia pública del exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, los días que vienen no pintan muy bien para el grupo político del presidente Santos. Sin embargo, las cosas no están mejor en los otros movimientos y, en particular, en el liberalismo el panorama luce poco despejado.
Con candidatos como Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo, Luis Fernando Velasco y Humberto de La Calle hubiera resultado posible, aunque no del todo fácil, lograr un acuerdo para elegir al representante único del Partido Liberal en la contienda presidencial. Sin embargo, la llegada a ese partidor de la senadora Viviane Morales, les plantea a los liberales un reto tremendamente interesante.
Si se abren a la posibilidad de una consulta popular, la fuerza cristiana de Viviane puede imponerse y tender puentes con otros sectores resultaría complejo. Pero si decidieran, por otro lado, decir que la exfiscal Morales es la más conservadora de los liberales y que por tanto debería ser excluida de esas toldas, los representantes de ese partido serían tildados de anti-demócratas y tiranos.
¿Qué harán entonces con una Viviane Morales poco dispuesta a bajarse del bus, ‘empoderada’ por miles de ciudadanos que le acompañan y asesorada por el hábil Carlos Alonso Lucio que sabe perfectamente lo que hace?
El ‘factor Viviane’ es en realidad un chicharrón del que el liberalismo no ha terminado de percatarse. ¿Será el expresidente César Gaviria el gallo para lidiar con esta situación? ¿Lo proclamarán como el jefe único del partido para que con determinación llegue a definir qué hacer de cara al 2018?…. Aún con lo curtido que es, el exmandatario se enfrentará a una decisión muy complicada y por sus posiciones deliberadamente progresistas si marginara a Viviane de la pelea, sería acusado de despreciar a los cristianos que, entre otras cosas, serán definitivos en las próximas elecciones.
¿Hasta dónde dejarán jugar a Viviane y hasta dónde ella se dejará manejar por unos colegas parlamentarios con los que las relaciones están de por sí maltrechas? El factor Viviane será el primer escollo a resolver por parte de los liberales que no pueden sentirse para nada tranquilos en medio de la crisis que muchas colectividades están enfrentando.