La zona ubicada en la cordillera oriental, en una extensión de 90 kilómetros cuadrados y que pertenece en más del 80 por cientos al departamento del Huila, en los municipios de Palestina y Acevedo, y el resto al departamento de Caquetá, está siendo colonizada por desplazados de los departamentos del sur del país, que ven en esa región una buena opción para establecer sus cultivos.
El mayor problema se presenta en las veredas Villa Fátima y Mensura, en Palestina, donde las familias provenientes del Cauca, Caquetá, Tolima, Putumayo y otras regiones del Huila, han deforestado la parte alta de las montañas para establecer allí cultivos de pitahaya y granadilla.
Al tener establecidos los cultivos vieron la necesidad de sacar las cosechas al mercado y decidieron abrir una carretera ilegal, lo que está dando al traste con especies protegidas como el Roble Negro.
Los mismos troncos de los árboles que talan para ampliar la frontera agrícola los utilizan para colocarlos como talanquera en parte de la vía, para que los carros puedan transitar. A lo anterior se suma también la explotación ilegal de madera, que es sacada desde la zona hasta ciudades como Neiva y Bogotá.
Controles
A pesar de que las autoridades ambientales realizan operativos para tratar de frenar el daño ecológico, los resultados son escasos porque los invasores ya se sienten dueños y señores de la zona, desconociendo las normas de protección de estos ecosistemas.
La situación ha llegado a tal punto que cuando funcionarios de la CAM y la Policía Ambiental lograron decomisar la maquinaria que estaba abriendo la carretera y capturar a uno de los responsables, la misma comunidad se opuso a que se lo llevaran preso y tuvieron que dejarlo nuevamente en libertad para evitar una confrontación, como lo asegura César Augusto García, coordinador de la Red de Gobernanza para el Control de Flora y Fauna de la CAM y quien participó en el operativo.
“La corporación ha coordinado algunos operativos con la Policía y el Ejército en las veredas de mayor conflicto, que son las que hacen parte del corredor biológico Guacháros-Puracé. Allí las personas saben que está prohibido abrir carreteras, por lo tanto lo que están haciendo es ilegal pero se las arreglan para enterarse de los desplazamientos que hacemos y esconden la maquinaria para que no la decomisemos. Sin embargo, en uno de los desplazamientos tuvimos la oportunidad de cogerlos en flagrancia, hubo capturas, pero lamentablemente nos armaron una asonada y no permitieron que sacáramos ni la máquina ni a los capturados”, expresó García.
Los alcaldes
Las autoridades de control les están exigiendo a los alcaldes que tomen las medidas necesarias para trasladar a los invasores y recuperar la zona, pero los mandatarios se sienten impotentes ante el problema, que ya toma grandes proporciones.
La alcaldesa de Acevedo, Lucy Paiva Soto, anunció que la administración municipal fue notificada por parte del procurador Agrario Diego Tafur, para que tome acciones tendientes a hacer respetar la zona que está siendo invadida en el sector de la Cueva de los Guácharos.
La mandataria aclaró que aunque se ha estado dialogando con las familias que ocupan los terrenos, no se ha podido llegar a ningún acuerdo para que desalojen. Con la autoridad ambiental y la Fuerza Pública también se han trazado tareas pero no se han podido realizar.
“En días pasados el procurador Agrario Diego Tafur nos envió una comunicación donde nos pide que actuemos para evitar las invasiones. Como administración municipal nos corresponde adelantar los procesos de desalojo de estas familias. Debo decir que hemos tenido algunos acercamientos con las familias a ver si podemos llegar a un proceso amigable con ellos pero eso no se ha logrado, por lo que nos va a tocar usar las vías de hecho para recuperar estos terrenos y hacer valer el derecho que tiene este corredor biológico de no ser habitado ni explotado y que no sean contaminadas sus aguas”, dijo la alcaldesa de Acevedo, Lucy Paiva Soto.
En Palestina
El alcalde de Palestina, Wilson Jesús Castillo, mostró su preocupación porque a su municipio continúan llegando desplazados, atraídos por la facilidad con que se pueden implementar allí los cultivos de frutas.
“Está llegando mucha gente desplazada debido a la diversificación de cultivos frutales como la granadilla, pitahaya, durazno, entre otros, aunque la principal base de la economía del municipio es el café. Nos preocupa que por la riqueza forestal e hídrica nos hayamos convertido en un sitio muy apetecido para que los desplazados del Huila y otros departamentos se establezcan aquí. Ellos son los que están causando la deforestación en la parte alta del municipio. Para contrarrestar esta situación estamos gestionando recursos para la compra de predios en las partes altas. En estos días logramos comprar una finca de 378 hectáreas, seguimos trabajando en este propósito con la Secretaría de Agricultura y la CAM, con quien ya compramos otro predio de 100 hectáreas”, indicó el Alcalde de Palestina.
Los ríos que nacen en la zona como el Suaza están en peligro.
La apertura de carreteras ilegales ha creado conflictos en la región.