La conclusión no es solo del alcalde Néstor Ramiro Barreiro, sino de toda una comunidad que tiene que convivir día a día con vías inadecuadas, invasión del espacio público y también con la delincuencia.
En diálogo con LA NACIÓN, Barreiro reconoce que los problemas que enfrenta el municipio no son de poca monta. Reveló que la situación financiera del Hospital Divino Niño es crítica, y se está buscando los recursos que permitan ayudar a solucionar algo.
Y advirtió que su administración adelantará un proceso de reorganización del municipio en el que todos sus habitantes tendrán que participar.
¿Con qué municipio se encontró usted en enero, cuando se posesionó?
Rivera tiene un potencial gigante en el sector turístico, sobretodo, pero todos concluimos que está muy desorganizado. Hoy, sin señalar a nadie, la realidad es que falta planeación, una reingeniería que nos permita poder explotar lo que tenemos para beneficiar a los habitantes.
No es un secreto que Rivera presenta serios problemas de inseguridad, ¿qué ha pensado hacer al respecto?
Así como en la seguridad, en todos los demás temas estamos trabajando de manera transversalizada porque si no tenemos una buena prestación de servicios públicos domiciliarios, no va a haber seguridad. Estamos realizando un trabajo conjunto y tengo que destacar la labor que viene haciendo el teniente de la Policía, articulando el plan de convivencia y seguridad ciudadana, ajustado a la realidad de Rivera. Con la posibilidad de que la comunidad también nos ayude a formular el plan. Vamos a establecer más cámaras de seguridad, queremos hacer las redes de cooperantes, estamos gestionando un CAI móvil para los centros poblados. Queremos implementar un policía turístico y ambiental. Y esperamos que el plan de convivencia se cumpla.
Sí, pero el gobierno ha anunciado un fuerte recorte de recursos, ¿cómo va a manejar ese tema para todo lo que quiere hacer en su municipio?
Como muchos de los municipios que no recibimos regalías petroleras, hoy tenemos ese recurso adicional. Sin embargo, Rivera se ha convertido en un paraíso fiscal donde la gente paga un predial irrisorio que no corresponde a las necesidades. La tarea primordial es hacer una actualización catastral, cartográfica porque también está desactualizada. El año pasado se recogieron 245 millones de pesos por predial que si usted ve el crecimiento del municipio, eso no es nada. Una vez hagamos la actualización este año, aspiramos recoger cerca de mínimo, mil millones de pesos solo por ese concepto. De esa manera podríamos solventar el impacto que estamos viendo en la economía del país y que se ha reflejado en los municipios.
¿Y cómo va a manejar el ingrediente social con tan poca plata?
Nosotros ya estamos avanzando, de manera articulada, y cuando lo logremos aprovecharemos las potencialidades de las diferentes entidades descentralizadas públicas y privadas. Con la gestora del municipio y un equipo colaborador, venimos trabajando un programa de alto impacto con diferentes componentes. Entre ellos, recreación y deporte, salud, ambiente, vamos a llegar a familias vulnerables con algunos programas de nivel nacional pero todavía no están todas las personas en situación vulnerable de Rivera.
¿En el tema social, cuál es el mayor lío?
El consumo de sustancias sicoactivas en Rivera es altamente preocupante, los embarazos a temprana edad, el mal manejo de consumo de alcohol y problemas de suicidio.
Pero también hay problemas críticos con la movilidad…
El problema es terrible y para eso en lo que vengo insistiendo es que a Rivera hay que organizarlo. Los turistas llegan a Rivera y no cumplen con las normas de tránsito, no porque no quiera, sino porque no hay buena señalización. Tenemos la intención de organizar ese tema. Cada fin de semana nos visitan más de cinco mil personas y en puentes festivos, seis mil y eso se nos vuelve un caos porque en la calle principal el peatón no tiene espacio público. Tenemos un programa ambicioso que ya socializamos con el gobernador, para intervenir desde el cruce hasta el parque principal para poder habilitar no solo al peatón sino a las personas con discapacidades diversas.
Otra preocupación es la situación del Hospital, ¿cuál es la situación financiera, real?
Con sorpresa encuentro que desde 2014 fue declarado en riesgo alto pero sorprendentemente hasta finales del año pasado se presentó en el Ministerio de Hacienda el programa de saneamiento fiscal y financiero que fue rechazado. Pero el 16 de febrero lo presentamos nosotros y estamos esperando a ver qué pasa. Nos falta un esfuerzo grande porque los pasivos del Hospital Divino Niño ascienden a 2.292 millones de pesos lo cual me parece una cifra brutal para un hospital de primer nivel. A hoy hemos conseguido 1.279 millones y en la socialización del plan de desarrollo el gobernador nos dijo que nos va a apoyar y va a hacer lo posible para que siga.
Es decir, ¿Por ahora el Hospital sigue en cuidados intensivos?
Claro que sí, por ahora así es. Está en cuidados intensivos.
¿Qué va a pasar con la plaza de mercado construida a las afueras?
Nos toca mejorarla. Es la infraestructura que se creó y a la cual se le ha invertido una cantidad de plata exorbitante, más de 13 mil millones de pesos, una cosa absurda. Hay que empezar a mejorar sus condiciones.
El 31 de marzo termina el periodo del gerente del Hospital, ¿Ya empezó el proceso de convocatoria para el nuevo?
Ya. Vamos a apegarnos a la ley, hay unos conceptos que estamos consultando. Ya cotizamos en las diferentes universidades, haciendo una salvedad, que tenemos una empresa totalmente quebrada, no sabemos de dónde sacaremos la plata para pagar este concurso.
¿Cómo va a garantizar la transparencia en este proceso?
Con una universidad que cumpla con los requisitos para hacer este proceso.
¿Por fin en Rivera se podrá hacer cobro del servicio de agua con medidores?
Me preocupa porque la realidad es el cambio climático, ya no hay suficiente recurso hídrico y Rivera no está exento y ya estamos sufriendo el impacto. Hoy la gente es consciente sobre el cobro por micromedidores y con esa conciencia vamos a recuperar la fuente hídrica. Este año comenzamos a hacer cobros conmicromedidores. Ya era hora.