La Nación
El nuevo Minhacienda 1 18 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El nuevo Minhacienda

Rodrigo Villalba Mosquera

Con Duque llegó al Ministerio de Hacienda el economista Alberto Carrasquilla, un técnico puro, tecnócrata, hacendista de talla, quien ya ocupó el mismo cargo en el primer periodo de Uribe; y con los anuncios de las reformas a presentar al Congreso, tiene a todo el mundo con los pelos de punta.

En Colombia tradicionalmente hay una buena política macroeconómica en todos los gobiernos, lo que se refleja en reconocimiento de los organismos multilaterales financieros y la comunidad internacional, así como en las calificadoras de riesgo que mantienen bien certificado al país, siendo un atractivo para la inversión extranjera.

En el campo interno hay problemas fiscales, con un déficit alto y de financiación presupuestal.  Y fue Troya.  Con desparpajo el nuevo Minhacienda suelta pincelazos de cómo será la nueva Reforma Tributaria en la búsqueda de ingresos y atender la crisis: Acabar con las exenciones del IVA, incluyendo los productos de la canasta familiar; bajar el impuesto de renta a las empresas, eliminar el 4X1.000 y ampliar la base gravable de personas naturales.

Estos anuncios, todos impopulares, además de tener al nuevo Gobierno con menos imagen favorable, tiene a la gente prevenida, pues esperaban la propuesta de bajar impuestos a los empresarios, pero sin que se notara que en la balanza fiscal no hay baja de ingresos sin reponerlos con otro tributo.

El ambiente político no es el mejor alrededor de estas propuestas tributarias.  Tampoco hay cultura tributaria, como para que el ciudadano común y corriente entienda que debe tributar.  Pero también acordémonos que estamos en uno de los países más inequitativos del mundo.

Desglosando la iniciativa de Carrasquilla, reconocemos que es justo bajar las excesivas cargas tributarias a las empresas, pero no es fácil encontrar cómo reponer ese ingreso.

El 4X1.000 es antitécnico y afecta la bancarización – eso nadie lo discute –  pero es una contribución que no pagan los pobres. Al eliminarlo surge la pregunta: ¿Cómo pretende el Gobierno reponer o remplazar estos recursos?  No olvidemos que éste es un ingreso contante, sonante y muy importante para las arcas del país.

Ampliar la base tributaria sin cultura en esta materia, es imposible, como lo es gravar con IVA la totalidad de los productos de la canasta familiar, algo que nunca se ha hecho y que tampoco se puede hacer ahora.

Le corresponde al equipo económico del nuevo Gobierno realizar una reingeniería fiscal y financiera para encontrar otras fuentes de financiación que, además de reducir la evasión, puedan disminuir el déficit fiscal y financiar los programas importantes del gobierno en el cuatrienio, incluyendo la posibilidad de suspender la regla fiscal, por un tiempo determinado y corto.

Los retos grandes para lograr la equidad, eje central del actual gobierno, se lograrán con políticas públicas, pero su presupuesto hay que buscarlo con moderación.