La Nación
“El país ha retrocedido 30 años en seguridad” 1 23 octubre, 2024
ENTREVISTA

“El país ha retrocedido 30 años en seguridad”

El exsenador y analista del conflicto armado, Alfredo Rangel, habla con LA NACIÓN y advierte que los grupos armados han vuelto a adoptar estrategias de control territorial y de la población que “no se veía hace mucho tiempo”. Dice que las Fuerzas Militares y la Policía están “amarradas”.

Para nadie es un secreto que en varios municipios huilenses las disidencias de las Farc han implementado un plan de ‘carnetización’ de la población. Y para el exsenador y analista del conflicto armado, Alfredo Rangel, este censo ilegal corresponde a una estrategia de control territorial que la entonces guerrilla de las Farc utilizó hace 30 años. “Las disidencias de las Farc están en un plan que ha sido tradición de las Farc y es aprovechar las treguas y los ceses al fuego para fortalecerse, para obligar al Estado a suspender las acciones ofensivas, mientras ellos siguen rearmándose”, advierte.

 

¿Qué está ocurriendo con la seguridad en el país?

El país, lamentablemente, ha retrocedido unos 30 años en términos de seguridad en muchas regiones; los grupos armados irregulares y criminales se han expandido de manera significativa en este último periodo y han vuelto a adoptar estrategias de control territorial y de la población que no se veía hace mucho tiempo, como por ejemplo la carnetización de la población, el establecer permisos para que los civiles compren o vendan propiedades e inmuebles en zonas que ellos controlan, obligar a tener un visto bueno de parte de esas bandas  a quienes aspiran ser candidatos, prohibir el tráfico vehicular de civiles en determinadas zonas del día; todas estas estrategias de control territorial y de la población se creían superadas. Aparte de esto, hay que registrar un incremento enorme del secuestro, de la extorsión y del número de masacres que se han cometido en este último año en el territorio colombiano. Adicionalmente, continúa el asesinato de líderes sociales y comunitarios.

 

¿Y qué pasa con las Fuerzas Militares y de Policía?

Hay un deterioro muy grande de seguridad, que se agrava porque las Fuerzas Militares están prácticamente amarradas, no tienen una estrategia clara ni una política de seguridad. Las Fuerzas Militares y la Policía están prácticamente amarradas en su lucha contra la delincuencia.

 

¿Dónde está el gobierno nacional?

Creo que esta carencia de una política de seguridad no permite al gobierno ejercer una presión significativa y absolutamente necesaria para obligar a estas bandas armadas a desarmarse y a llegar a un acuerdo con el Estado para su desmovilización. La carencia de esa estrategia de seguridad deja prácticamente al gobierno amarrado a los diálogos de paz y le da a las bandas la posibilidad de tener la sartén por el mango, poniendo ellos las condiciones de los diálogos, el ritmo de los diálogos, la agenda, e incluso el Eln ha dicho de manera muy clara que para ellos el desarme no es una opción, y que si se va hablar de desarme en las mesas de diálogo, no habrá acuerdo posible; eso pone en una situación de bloqueo porque si no se va hablar del desarme de la guerrilla, que es el punto esencial de cualquier diálogo de paz, o de desmovilización de una banda armada, entonces, la agenda queda absolutamente truncada.

 

¿Qué están buscando las disidencias de las Farc?

Las disidencias de las Farc están en un plan que ha sido tradición de las Farc y es aprovechar las treguas y los ceses al fuego para fortalecerse, para obligar al Estado a suspender las acciones ofensivas, mientras ellos siguen rearmándose, reclutando menores de edad para sus filas, siguen secuestrando, siguen extorsionando, dedicados al narcotráfico, a la minería ilegal, por lo cual aprovechan ese periodo de inacción de la fuerza pública para fortalecerse y seguir imponiendo sus condiciones al gobierno.

 

Como están las cosas, ¿ve una amenaza a las elecciones del próximo 29 de octubre?

Hay regiones en donde con el aval que estos grupos armados le vienen dando a candidatos a concejos, a las asambleas y a las alcaldías, hay una coacción directa sobre esos candidatos, que en el caso de ser elegidos van a seguir siendo chantajeados por parte de estas bandas. Obviamente, esta influencia de estos grupos armados en las elecciones distorsionan completamente la voluntad popular al hacerla objeto de extorsiones y amenazas e impedir el libre ejercicio del sufragio.

 

¿Qué hacer ante este panorama complejo?

Creo que lo primero es que hay que tener una estrategia clara de seguridad, una estrategia militar que lleve a que el Estado sea una amenaza creíble y temible para esas bandas armadas, de tal manera que si no aceptan las condiciones que el gobierno impone en la mesa de conversaciones, teman una ofensiva de la fuerza legítima del Estado, que los obligue a mantenerse en las mesas de negociaciones bajo las condiciones del gobierno.

 

Una pregunta más, ¿cómo explicar el fenómeno de colombianos participando en magnicidios en otros países como el reciente ocurrido en Ecuador?

En el caso particular del Ecuador, esto corresponde a la regionalización del negocio del narcotráfico que se origina en Colombia y que se ha expandido como una gota de aceite en los países vecinos; el Ecuador ya es un sitio de tránsito masivo de narcóticos hacia muchos destinos finales en el mundo y allí surgen las bandas armadas relacionadas con las bandas armadas colombianas; hay una especie de regionalización de ese fenómeno.