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¿El por qué y para qué de nuestra historia?

Recientemente ha llamado sobremanera mi atención el darme cuenta que muy poco o nada sabemos los colombianos de la historia de nuestro país. Lo he evidenciado gracias a las carreras profesionales que curso: derecho y ciencia política, en las que es inherente alcanzar el conocimiento correspondiente para entender cómo funciona nuestra nación. Aunque me apena reconocerlo, debo aceptar, que tenía una frágil conciencia acerca de los hechos relevantes y personajes altamente representativos de la historia de Colombia. Es por esta razón, que hoy quiero referirme a la necesidad que nos asiste de fortalecer la educación de toda la comunidad, empezando por la población infantil, en lo que tiene que ver con temas relevantes para conocer y, sobretodo, entender la  coyuntura histórica nacional.

La historia como asignatura, desapareció de los colegios colombianos en el gobierno del Ex presidente Belisario Betancur, en el que se llevó a cabo una fusión de disciplinas estableciendo el área de “ciencias sociales”, en la que “se enseña de todo un poco, pero con énfasis en nada”. En un reportaje para el periódico El Tiempo, César Ayala, profesor del Departamento de Historia de la Universidad Nacional, explica que en ese nuevo paquete disciplinar la historia se fue diluyendo. “Esto, fue una tragedia para la escuela colombiana, dado que la historia está relacionada con la perpetuación de la memoria. Y recordar el pasado es clave para entender el presente”.

Lo anterior, explica por qué hoy en día es frecuente encontrar  jóvenes que no saben a ciencia cierta en qué consistió el Frente Nacional, que confunden a Jorge Eliécer Gaitán con Luis Carlos Galán y se muestran incompetentes  para plantear una visión política propia, ya que solo repiten lo que escuchan de sus abuelos y con algo de suerte, de sus padres, lo que hace que no entiendan, entre otras cosas, el trasfondo del conflicto armado en Colombia.

De esta manera, si bien cada vez resulta más importante aprender más de un idioma y avanzar en ciencia y tecnología  para triunfar en el mundo globalizado y  mejorar nuestras expectativas profesionales, también lo es que el pasado histórico del país no debe quedar guardado en las bibliotecas, sino, que desde los hogares, colegios y universidades se empiece a generar en niños y jóvenes  interés por nuestro pasado y que, de alguna manera, así como lo afirma Javier Guerrero, presidente de la Asociación Colombiana de Historiadores en un reportaje para el periódico El Tiempo, “Colombia deje de ser un país de analfabetas históricos”.