Para el precandidato a la Gobernación por el Partido de la U, Raúl Rivera, el giro que han tomado las negociaciones de paz en La Habana, hace prever que hay una luz al fondo del túnel.
En ese sentido, señaló que resulta innegable que de darse la paz, la dinámica de gestión y logros alcanzados por las administraciones que elegirán los colombianos el próximo 25 de octubre, depende de la capacidad de los nuevos gobernantes para aprovechar esta oportunidad de gestión.
¿En qué basa su concepto sobre el desarrollo del Huila?
Desde que como secretario de Cultura en el Gobierno de Juan Cárdenas, trabajamos en la estrategia llamada “construyendo región para el Huila del siglo XXI”. Estoy convencido de que al Huila tenemos que proyectarlo desde una visión de región y ganándonos el liderazgo regional para el apalancamiento de un proceso real de desarrollo sostenible en materia social y económica que cambie de manera definitiva para bien la vida de los huilenses y sur colombiano.
Un ejemplo para sustentar su teoría…
Existe un elemento fundamental sobre el que podemos poner un ejemplo sobre lo que planteo, un componente sobre el cual se soportan los procesos de desarrollo social y económico es la educación, o mejor dicho “la educación con calidad” y es evidente que en el Huila los saberes de la educación están descontextualizados de la realidad local y regional. Yo he dicho que no existen vínculos reales y efectivos entre el sector educativo con el sector productivo y laboral.
¿Qué análisis hace de los avances en el proceso de La Habana?
Como huilense estoy muy animado porque tendremos la oportunidad de abrazarnos en un solo propósito de país todos los colombianos. Estoy convencido de que este año concluirán las negociaciones y pasaremos a la etapa más importante como lo es el aclimatamiento social de las condiciones para la desarticulación de los conflictos sociales que alimentaron el estado de confrontación bélica.
Usted creó el primer laboratorio de paz para el posconflicto en el Huila ¿qué lo motivo?
Yo parto del diagnóstico de que el conflicto armado le ha dejado al Huila un atraso de seis décadas en su desarrollo social y económico. Por un lado el tejido social está totalmente afectado en todos sus niveles y componentes, y por otro, la dinámica económica nos hace cada vez más dependientes por el menoscabo de la capacidad productiva. Por eso, ésta debe ser una meta inaplazable para encontrar el camino de la reconciliación basada en el respeto al pensamiento diferente y la aceptación de una nueva realidad nacional y local que armonizara las nuevas dinámicas sociales de manera concomitante con un proyecto de recuperación económica.
¿A qué llama usted el posconflicto?
Para mí el posconflicto es la gran oportunidad que tienen las regiones de incidencia del conflicto armado para reclamar del Estado la normalización social representada en la reconstrucción del tejido social y la recuperación de la productividad y prosperidad social y económica.
¿Desde la Gobernación qué haría usted para lograr esto?
El gobernador que necesita el Huila en esta coyuntura histórica debe tener la capacidad de exigir al Gobierno Nacional con voz firme y contundente, no las migajas de lo que sobra como ha sucedido en el pasado, sino el cien por ciento de lo que nos corresponde. En mi caso, estoy preparado para ejercer un liderazgo regional que permita potencializar las oportunidades del posconflicto.
¿Cómo impactar en el campo huilense el aclimatamiento de la paz?
Hay que partir de la premisa de que el departamento del Huila en un porcentaje superior al 80% depende de una dinámica económica desarrollada en el campo y eso tiene sus ventajas si se potencializa esto como una fortaleza pero a partir de una reorganización estructural de la productividad agropecuaria. Es necesario revertir la deuda social que el Estado tiene con los campesinos y dignificar la actividad agrícola.