La Nación
El posparto respetado 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS

El posparto respetado

Hoy quiero hablar del posparto. El posparto es el período de tiempo, después del nacimiento de nuestro hijo, que nuestro cuerpo se toma para volver a su basal. Este período sabemos cuándo empieza, pero cuyo final no está claramente delimitado. A veces se habla de las primeras 6 semanas o 40 días como el puerperio fisiológico, sin embargo, hay otras funciones corporales y emocionales que se recuperan mucho después y se ha llegado a hablar del fin del posparto entre los 6 meses al año después del nacimiento.

El posparto es un periodo de grandes desafíos para la nueva madre y estos desafíos son tanto físicos como emocionales y es muy importante para poder empezar el proceso de maternar con amor, cerrar el ciclo del embarazo y nacimiento. Así que esta es la primera recomendación: vivir una experiencia positiva de nacimiento te permitirá seguir adelante el proceso de la maternidad, si tu experiencia de nacimiento no fue del todo positiva, trabaja con esas heridas y se consciente de la importancia de sanarlas también, ignorar lo que duele no va a disipar el dolor.  Apóyate para este propósito de cierres de cuarentena, te harán muy bien.

En el posparto, así como en el nacimiento, los protagonistas deben ser la madre y el recién nacido y como red de apoyo debemos estar pendientes del bienestar materno y es ella quien estará a cargo del bienestar del recién nacido. Aquí quiero enfatizar que a menos que la madre solicite el apoyo de la red de apoyo para el cuidado del recién nacido, es una función que hace parte de la tranquilidad emocional de la madre y en oportunidades asumir los cuidados del recién nacido sin solicitud de la madre, dentro del remolino de emociones y pensamientos del posparto, puede hacerla sentir como inútil e insuficiente, así que es una práctica que debemos evitar.

Durante el  posparto vivimos varios dolores, si nuestro hijo nació de parto vaginal el dolor físico se sentirá en la región perineal (genitales y ano) y las caderas, si la vía de nacimiento fue cesárea el dolor físico lo sentiremos en el sitio de la herida quirúrgica y abdomen bajo, en ambos casos podemos sentir ardor para orinar,  cólicos o entuertos, que corresponden a contracciones del útero que está disminuyendo de tamaño, podemos tener dolor de cabeza que se puede presentar tras la punción de la anestesia o analgesia peridural, dolor en los senos por la lactancia materna, estreñimiento y además sangrado genital conocido como loquios, sin mencionar sentirnos cansadas y con sueño todo el tiempo. Sumado a este estado de nuestro cuerpo, está el dolor emocional que la maternidad nos puede ocasionar, les recomiendo leer a Laura Gutman, ella nos plantea de forma hermosa y constructiva este concepto. Venimos de un estado de infantilización y superficialidad con el que a veces vivimos nuestra gestación, pasamos por el nacimiento donde literalmente vivimos una ruptura y disociación para a partir de ahí construirnos como madres con nuestro bebé real que es misteriosamente desconocido…llora sin parar o duerme mucho, quiere comer todo el tiempo o no succiona bien, es muy delgado y no engorda o es muy grande e intranquilo…y nos damos cuenta que la maternidad no es como lo esperábamos. Y ante esta realidad, para vivir el posparto tranquilamente debemos ser conscientes y prepararnos con nuestro plan posparto…premisa fundamental las mujeres puérperas no debemos estar solas, necesitamos que nos cuiden, nos acompañen, nos asistan, sin juzgarnos.

A continuación, algunas recomendaciones para esta etapa:

  • Realiza tu plan posparto durante el embarazo: quien va a cocinar, quien va a hacer los quehaceres de la casa, quien va a cuidar los hijos mayores, quien va a cuidar de ti (soporte emocional), si tienes problemas de lactancia a quien vas a acudir, quien va a ser el pediatra de tu bebé
  • Conoce los cuidados generales de las heridas ya sea la de la cesárea o en caso de que hayas tenido desgarros o episiotomía. Los cuidados de la herida en esta fase inicial están enfocados a evitar su infección. Así que mantén descubierta la herida, lávala con agua y jabón 1 vez al día, cambia tus toallas higiénicas o la ropa interior de posparto.
  • No se recomienda el uso de fajas abdominales, las fajas aumentan la presión intraabdominal y además pueden substituir las funciones de los músculos abdominales, con lo cual no se activan. Evita aumentar la presión abdominal, así que no se recomienda la realización de ejercicio físico, ni levantar peso.
  • Debes procurar un adecuado control del dolor para que puedas movilizarte tempranamente, eso te ayudará a sentirte mejor, dormir mejor y cuidar de tu recién nacido con mayor facilidad.
  • Alimentación saludable que te ayude a recuperar tu cuerpo, a cicatrizar las heridas fácilmente, que prevenga el estreñimiento y nunca olvides tomar abundante agua.

 

Finalmente, sentirás como construyes tu materna de forma consciente y amorosa. Descubrimos así que nuestros hijos necesitan de nosotros para su supervivencia y nosotros necesitamos de nuestros hijos recién nacidos para curar nuestras heridas físicas y emocionales, para curar nuestro niño interior, sanar nuestra infancia y aprendemos más que nunca a valorar a nuestros propios padres.