Regresar a casa al medio día se ha convertido en todo un viacrucis para los neivanos, que no solo deben lidiar con los grandes huecos que inundan las calles, ahora deben sacar su máxima creatividad y buscar rutas alternas, pues el cierre de importantes avenidas tiene al bordo del colapso la movilidad en la ciudad. Regresar a casa al medio día se ha convertido en todo un viacrucis para los neivanos, que no solo deben lidiar con los grandes huecos que inundan las calles, ahora deben sacar su máxima creatividad y buscar rutas alternas, pues el cierre de importantes avenidas tiene al bordo del colapso la movilidad en la ciudad. LA NACIÓN, NEIVA Lo que debería ser un corto recorrido para almorzar en casa con la familia se convirtió en un calvario. Actualmente miles de neivanos compiten a diario por llegar primero mientras el pésimo estado de las vías impide el normal flujo vehicular. Quienes se dirigen al oriente de Neiva, deben sortear varios obstáculos. LA NACIÓN hizo un recorrido y presenta la crisis de movilidad que vive la ciudad. 
Bajo el inclemente sol neivano del medio día, miles de motociclistas, transeúntes, pasajeros, conductores y hasta ciclistas, luchan por llegar a casa para almorzar en la tranquilidad de su hogar. El pésimo estado de las vías y el cierre temporal de algunas importantes Avenidas como La Toma, son factores fundamentales para agudizar la problemática y sacar a flote las peores y más arriesgadas conductas ciudadanas de los neivanos, convirtiendo el camino en todo un calvario. Uno de los casos más críticos es el vivido por quienes habitan en el oriente de la ciudad, que deben lidiar con el cierre de la Avenida La Toma y la instalación de múltiples semáforos descoordinados que impiden un rápido flujo vehicular. En este caso las vías alternas por el Estadio de Fútbol, el hospital Universitario y el Comando de Policía, se convierten en las opciones secundarias que no logran descongestionar el tráfico. El segundo punto neurálgico al medio día es la Avenida Circunvalar que conduce al norte de la ciudad, especialmente a la altura de la calle 21, frente a las instalaciones del Icbf. Miles de conductores se suman a las largas hileras de carros que esperan a que el semáforo cambie de color, mientras sortean uno que otro hueco. Para los neivanos que residen en el norte la situación no mejora, pues luego de diez años de esperar la pavimentación de su vía principal, la Carrera Segunda, ahora se redujo a un carril por los trabajos realizados por Empresas Públicas de Neiva, aspecto que imposibilita la movilidad hacia el sector. ‘No hay carro que aguante’ Los profesionales del volante que recorren día y noche las calles de Neiva, manifestaron su inconformismo con el estado de las vías y clasificaron según su concepto los peores tramos. La Avenida La Toma, la Carrera Primera de Cándido y los barrios Limonar, Quirinal y La Libertad, lideraron la tabla de posiciones. Sumado a esto los taxistas expresaron su disgusto por el incremento de costos en el mantenimiento y repuestos de los vehículos, los cuales superan los 500 mil pesos. Héctor Vargas (FOTO) “La Carrera Primera entre calles 64 y 45, es intransitable y en el microcentro por la carrera Tercera entre calles Séptima y Octava, el adoquín está todo levantado, mucho hueco. La mayor afectación es para la suspensión de los carros que se daña mucho”. Oscar Tapia “La peor vía es la del Siete de Agosto hacia El Vergel y en el centro la Avenida La Toma. Los gastos de reparación se han incrementado en un 100% porque esas vías están muy dañadas no hay carro que aguante”. Francisco Bautista “La Primera de Cándido y en el centro la Carrera Sexta entre calles Segunda y Cuarta que está bastante deteriorada. Lo más caro es la suspensión para el carro, que es lo que más se daña” Carlos García “La peor vía de Neiva es La Toma en el centro y en los barrios las del Limonar, de esas calles no se salva una. Gasta uno mucha plata en el mantenimiento del carro, la suspensión no dura sino tres meses, y eso sale por 400, 500 mil pesos”. Mecánicos hacen su ‘agosto’ Mientras unos lloran otros ríen, tal vez los únicos que han sacado ganancia con el deterioro de la malla vial en la ciudad son los mecánicos, quienes manifestaron que el aumento del trabajo ha sido evidente. Tanto motos como carros sufren con los huecos. “La verdad el trabajo si se ha incrementado, existe más desgaste en lo que es la parte de la suspensión, amortiguadores, bujes… ahora los clientes viene cada tres meses, dependiendo de lo que usen el carro, cuando antes venían cada seis meses”, expresó Carlos Andrés Salazar, mecánico de Servichevrolet. Para la reparación o cambio de suspensión, los profesionales en la materia advirtieron que los costos oscilan entre los 400 y 600 mil pesos. “Todos los días vienen cuatro o cinco carros con amortiguadores, tijeras, suspensión dañadas. Los huecos son los que más dañan estas partes en los vehículos”, sostuvo Andrés Rangel, mecánico del Taller El Prada. Los taxistas reclaman una rápida intervención en las vías por parte de la administración municipal, argumentando que con los gatos de mantenimiento y el elevado número de mototaxistas que trabajan en la ciudad, sus ganancias quedan reducidas a nada.
