La Nación
EDITORIAL

En defensa de la cuenca

Un año después de las jornadas ecológicas de residencia civil contra la explotación minera en la cuenca del río Las Ceibas, revivieron los temores.

Aunque el Gobierno Nacional desmontó la exploración petrolera en esa área de reserva, un nuevo decreto expedido a finales del año pasado, revivió esa posibilidad, desconociendo los planes de ordenamiento territorial. Pero además, se suma también a  la proyectada explotación y producción de yacimientos no convencionales a través de la estimulación hidráulica, conocida como ‘fracking’, prevista en el direccionamiento estratégico de Ecopetrol.   

Esta polémica tecnología, utilizada en algunos campos petroleros, podrá aplicarse bajo una nueva reglamentación en poco tiempo, en Antioquia, Caldas, Tolima, Norte de Santander y Cundinamarca. Aunque en el Huila, no se contempla por ahora, hacia el futuro no se descarta.

La nueva amenaza fue reiterada ayer durante un foro convocado por organizaciones sociales al cumplirse un año de las marchas ciudadanas en defensa de la cuenca.
La cuenca hidrográfica del río Las Ceibas fue declarado territorio vedado para adelantar proyectos de exploración y exploración petrolera, incluyendo su zona de influencia.
El año pasado, la Agencia Nacional de Hidrocarburos y la multinacional Alange Energy terminaron anticipadamente por mutuo acuerdo el contrato de exploración  y explotación petrolera VSM -13 firmado el 16 de marzo de 2011.

 El contrato fue reversado y liquidado. La petrolera,  filial de Pacific Rubiales, desistió del contrato por la fuerte oposición ciudadana, considerando que ponía en alto riesgo el ecosistema estratégico

Aunque también argumentó razones técnicas y operativas, esencialmente, la protesta de la sociedad civil y las autoridades, precipitaron la decisión.
La multinacional desistió  del contrato no solo en esta zona protegida, sino a la totalidad del bloque adjudicado en la ronda Colombia en el 2010. Ese fue un logro que la sociedad Neiva celebró con júbilo.

La actividad petrolera generaba graves impactos ambientales y ponía en entredicho las inversiones que se han venido ejecutando en los últimos diez años para la recuperación y rehabilitación de la cuenca.  

 Las cuencas hidrográficas así como los páramos debe ser no solo una zona excluible de la minería, sino áreas de manejo especial,  áreas de protección prioritaria, como lo han demandado las comunidades y las autoridades ambientales y locales. Esta protección no se negocia por su connotación natural, como zona de recarga de acuíferos; por su rica biodiversidad, como patrimonio ecológico y zona de interés de la humanidad.  

 La movilización de la sociedad civil es un despertar en defensa de los recursos naturales. Los riesgos potenciales están en la agenda y ante esta amenaza no hay que bajar la guardia.
 
“Los riesgos potenciales están en la agenda y ante esta amenaza no hay que bajar la guardia”.
 
La Gobernación del Huila y el Incoder acaban de firmar un nuevo  convenio de 3.500 millones de pesos en para el sector agropecuario. Los recursos fueron destinados para víctimas y proyectos productivos en un enfoque regional de la inversión. Un  gran avance.