Albeiro Castro Yépez
El turismo de naturaleza ha logrado captar el 39% de las motivaciones de viaje del turista de origen internacional, una de las tipologías de mayor consumo son las exploraciones espeleológicas, especialmente a las cavernas que han logrado un mix entre los contenidos bióticos con los históricos y las actividades ricas en emociones, así como, las facilidades para el registro fotográfico y video gráfico, registro que hoy marca una tendencia en redes sociales, convirtiéndose en multiplicador de visitantes. Un turista generalmente joven que durante el día consume actividades de contacto con la naturaleza y en las noches actividades culturales, rumberas y de entretenimiento.
El territorio huilense cuenta con un importante inventario de cavernas a las que muy poca intervención se le ha aplicado para convertirlas en atractivos turísticos competitivos y sostenibles, reconociendo que la Cueva de Los Guacharos ostenta el estatus de Parque Nacional Natural y está organizado para recibir ecoturistas, pero, registra un bajo número de visitantes, según el SITYCHUILA escasamente logra recibir anualmente la visita de mil turistas, los turistas se quejan de las dificultades para acceder bien desde Palestina o desde Acevedo; un deseo no atendido es la creación del circuito que partiendo de Garzón tome la via Acevedo – Los Guacharos-Palestina- Pitalito-San Agustín-Isnos, circuito ideal para el desarrollo de los componentes naturaleza y cultura. Santa Clara en Timaná no ha logrado la adecuación de sus accesos para que el aventurero se sienta seguro, territorio que en su vecindario registra otras cavernas que no se han caracterizado para el uso turístico.
La Caja de Agua en Paicol logró que le adecuaran su acceso con instalaciones confortables para el visitante y organización de guías y baquianos que acompañan los visitantes orientándolos con información cierta y segura, los operadores estiman que anualmente reciben la visita de 12.000 aventureros. Seguidamente se asoma la Cueva El Tigre de Yaguará con dificultades para el acceso, pero con un registro de visitantes similar a la Caja de Agua, pero sin organización institucional, acusando desarticulación entre los prestadores de servicios turísticos para su operación con estándares de seguridad y confortabilidad. La Cueva del Fraile de Palermo es un recinto interesante que no ha logrado posicionarse en el mercado casualmente por las difíciles condiciones de acceso. Seguramente existan otros recintos subterráneos de igual o superior belleza, pero estos, que fueron caracterizados en el año 2006 no han logrado desarrollar una atractividad que los prospecte como destinos al menos para el mercado nacional. Tareas que de materializarse el discurso de los actuales candidatos a Gobernación y Alcaldías podría encontrar algún desarrollo durante el próximo cuatrienio, y se espera, que el PNN Cueva de Los Guácharos se convierta en el hito que desarrolle el circuito andino-amazónico articulándolo con el circuito arqueológico del sur.