Alias ‘Iván Márquez’, ‘Pastor Álape’ y Benkos Biohó, afirmaron que la guerrilla llegó "con el corazón compungido, a pedirles perdón con humildad por todo el dolor que hayamos podido ocasionar durante el transcurso de la guerra".
De acuerdo con los jefes guerrilleros, "jamás debió ocurrir lo sucedido en esa noche de alegría y de verbena popular. Nunca el mando de las Farc ordenó tal atrocidad. Nos duele en el alma recordar a tanta gente buena que partió sin poder materializar sus sueños. Los muertos de la Chinita son también nuestros muertos; porque así lo sentimos".
La guerrilla indicó que quiere "restablecer las relaciones que nos dañó la violencia" con la comunidad y que aspiran a que "este testimonio y reconocimiento de responsabilidades sirva para llenar de valor a ciertos espíritus endebles y titubeantes, que habiendo participado en el conflicto de una u otra forma, con uniforme o sin uniforme, con armas o sin ellas, y que azuzando a la guerra y al odio, hoy se agazapan para pasar de agache".
Además, indicaron que reconocen sus errores y que apoyan las peticiones de los habitantes de La Chinita, como la construcción de la Universidad de Paz, cuyos predios ya fueron donados por la Alcaldía; la casa de la memoria en homenaje a tres menores víctimas y el centro de acopio de productos de la región administrado por mujeres.
Por último, las Farc reiteraron "nuestro absoluto compromiso con la Verdad, la Justicia, la reparación y la No Repetición, elevando las banderas de paz y nuestras plegarias al Dios de los pobres y desamparados para que llegue hasta las heridas del alma el alivio de la hermanación y la convivencia, sin más demoras".