Rodrigo Villalba Mosquera
Llegamos a la versión 58 de nuestro Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco, las fiestas de San Juan y San Pedro. Son más de 11 lustros de una tradición que como lo han detallado en completos escritos los historiadores Jorge Alirio Ríos y Bernardo Tovar, viene de la Colonia Española, una época encaminada a celebrar el cambio de la estación y el inicio de la cosecha, siempre honrando a San Juan Bautista.
De fiesta religiosa se ha ido convirtiendo en temporada de turismo, con énfasis mayor en el gozo (léase rumba, conciertos y licor), manteniendo las tradicionales comparsas indígenas, las cabalgatas y las bandas de viento, enriquecidas con toque cultural desde 1959, cuando se creó el Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco.
Estamos hablando -sin temor a equivocarnos- de una de las festividades más tradicionales, arraigadas e importantes del país. Hoy podemos decir que no hay colombiano que de una u otra manera no conozca o tenga que ver con nuestras fiestas, lo que deriva la importancia de una tradición que además se convierte en dinamizadora de la economía por esta época, en un municipio que, como Neiva, y un departamento que, como el Huila, hoy no cuentan con la gran industria.
Y tenemos todo para que propios y forasteros disfruten al máximo de la bella tradición. Turistas nacionales y extranjeros acuden a esta cita para disfrutar de las expresiones culturales, el turismo y la recreación, aspectos ambientados perfectamente por nuestras bondades gastronómicas (el inigualable asado huilense), las paisajísticas, la alegría y el calor del pueblo opita, éste último el más importante y más valorado por todos los visitantes.
Las fiestas siguen sufriendo modificaciones y sustracciones en aspectos muy enraizados en nuestras tradiciones, como el desfile de bienvenida de las candidatas nacionales (conocido durante muchos años como “la mancha amarilla” y promovido por el Diario La Nación), el que desapareció de la programación hace unos años, y el desfile acuático por el río Magdalena que había sido suspendido y que por fortuna este año regresó a la programación para deleite de todos y como un gran homenaje al Río de la Patria.
Hoy prácticamente finalizan las fiestas, con una importante participación de turistas que decidieron ‘sampedriar’ o ‘pegarse la rodadita’ durante los días de San Juan, San Eloy, San Eloisito, San Pedro, San Pablo, San Pablito, San Churumbelo y San Churumbelito, días en que disfrutan de la programación cultural y el inigualable calor de Neiva y su gente.
Felices fiestas, en paz y armonía, feliz regreso a casa y que sea la oportunidad para que le cuenten a todo el país que el Huila es la casa de todos.