La Nación
COLUMNISTAS

Fragancia del azufre

Preocupantes las palabras del Papa Francisco en su reciente visita al Paraguay. Dijo que el diablo dividía y era muy pendenciero. No dormí durante varias noches. Por más que lo intentaba, no podía apartar el pensamiento de políticos y burócratas.

Después de varias noches de insomnio, concluí que muchos políticos eran los verdaderos diablos en la tierra. Eran ellos quienes dividían y dividían para gobernar peor. Primero, entre liberales y conservadores. Después, entre derecha e izquierda. La izquierda, entre alzados en armas y demócratas. Los demócratas, en P.C, MOIR, M.P., P.TC., Polo Democrático…Los alzados en armas, en Farc, Epl, Eln, M-19…Los conservadores, en Centro Democrático, Partido Conservador y grupos de origen paramilitar.

Los liberales, en Cambio Radical, la U, Partido Liberal y Partido Verde que también es liberal. Los políticos se dividen incoherentemente como células cancerosas.

Como cualquier diablo, según el Papa, son muy pendencieros. Uribe quería darse en la jeta con Chávez. El procurador ponzoña desde la Procuraduría; el fiscal, desde la Fiscalía. Petro caza peleas inútiles. José Obdulio califica a Gina Parody de gay. La vergonzosa historia de bochinches la iniciaron Bolívar y Santander y hoy la continúan Santos y Uribe.

Como todo diablo, tienen naturaleza de satanás, rey de las tinieblas, príncipes de la ignorancia. La ignorancia es el verdadero infierno según Sócrates. Ellos nos proveen las dosis necesarias para imperar con mayor facilidad. Ignorante quien se divide y mata por liberal o conservador, por izquierdista o derechista, por uribista o antiuribista. Por el contrario, quienes dividen y promueven matazones, no son ignorantes sino verdaderos demonios.

Por eso, normal el infierno nacional si no tenemos líderes sino belcebúes en los gobiernos. Actúan como jefes de bandas ilegales para consolidar poder. Alimentan y dominan a sus parásitos con prebendas del Estado: contratos, puestos y residuos estomacales. Validan cualquier estrategia, incluyendo el asesinato, para ganar elecciones. Como vándalos, sólo tienen conciencia para acumular dinero. Portan el cerebro en el estómago y el corazón, en los bolsillos; verdaderos leviatanes. Lejos están de ser líderes como Gandhi, Luther King o Mandela. Les resulta imposible tener aspiraciones superiores para sus pueblos.

Sucede que capos, políticos y burócratas han evolucionado poco en su condición humana. Aún están muy cerca del chimpancé alfa, del terrible mandamás. Por eso son básicos y pendencieros, astutos y arteros. Por eso Colombia semeja un infierno social, está dirigida por camadas de chamucos menores. Basta salir a la calle para sentir el caos infernal y la horrible fragancia del azufre.
jguebelyo@gmail.com