La Nación
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Golpe de estadio

Los recursos públicos deben ser priorizados para inversión social que realmente genere un impacto en la comunidad ¡Punto! Esa inversión debe generar las condiciones que permitan tener más empleo, mejor educación, mejor salud, mejores servicios públicos. Es decir, los recursos públicos debe ser gerenciados para el interés general, para la población. Pero bueno, con el cuento que el Atlético Huila es el “equipo de todos” han logrado que los recursos públicos beneficien a esa empresa privada. Sí, el Atlético Huila es una empra privada, así se haga llamar el “equipo de todos”.

Pues bien, entre el Municipio de Neiva, la Gobernación del Huila y el Gobierno Nacional se hizo una “vaca” para remodelar el estadio Guillermo Plazas Alcid. El proyecto empezó con un costo de 20 mil millones de pesos, se adicionaron 10 mil millones más y de todas formas no alcanzó la plata para lo que se iba a hacer ¿Por qué? Y no es la pregunta del millón, ¡es la pregunta de los millones! Porque con ¡30 mil millones de pesos! se pueden hacer 300 casas, de dos pisos, de interés social (a 100 millones cada una) ¡Todo un barrio!, que no cabría en todo el estadio. Incluso, vale esta pregunta: ¿Con costos reales, los 30 mil millones de pesos no serían suficientes para remodelar todo el estadio?

Esta es otra “herencia” que recibe la nueva administración que presidirá el doctor Rodrigo Lara, alcalde electo de los neivanos. Y como esta “herencia” le pertenece a todos los neivanos, es pertinente que se investigue quiénes conforman el consorcio que se ganó la ejecución de esta obra y si es idóneo para realizarla; que se investigue el verdadero papel que ha cumplido la interventoría, la supervisión de esta obra y la de los veedores de la misma. Porque es evidente la falta de planificación de este proyecto y sus verdaderos costos, en donde no se tuvieron en cuenta cantidades de obra ¿Por qué no se tuvieron en cuenta? Algo pasa con esta obra, pues el Gobierno Nacional como que no quiso seguir girando más plata.

Los neivanos se merecen una verdadera explicación sobre este asunto. No es posible que se sigan desarrollando obras que dicen que valen tanto y terminan valiendo un jurgo de millones de más; como ya nos sucedió con el puente de El Tizón y el famoso Reservorio. Como tampoco puede ser posible que con tantas necesidades sociales que hay por resolver en Neiva, se sigan destinando recursos públicos para beneficiar al Atlético Huila, una empresa privada.