No fue fácil convencerla, pero dos años después aceptó. La ex primera Dama del Huila Bibiana Gómez se confiesa. Habla de su sorpresiva salida del departamento, del por qué se alejó del poder regional sin despedirse, en medio de su crisis matrimonial con el ex gobernador Rodrigo Villalba Mosquera y envuelta en chismes y falsos rumores que hoy desmiente.
Gómez- a quien no le interesa armar una polvareda política en el Huila, ni mostrarse como una mujer víctima porque su vida está a otro nivel- no fue una Primera Dama normal. Ejercía su papel con respeto, en su área, en ocasiones distante del poder, pero obsesionada por sus obras sociales. Se ganó la admiración, el respeto de miles de huilenses que hoy se siguen preguntando por qué se fue, qué pasó y lo más importante: si regresará.
Nicolás y Daniel, sus hijos, hoy tienen 20 años. Y María José, 16. A los tres, la laboyana le tocó criarlos sola. En Boston sigue viviendo después de ser Cónsul, es maestra de yoga, y desde allí donde habló con LA NACIÓN.
Entonces, es usted una ex primera dama hoy maestra de yoga en Boston…
Imagínate. A la larga está muy ligado a lo que he venido haciendo. A mí me gusta el trabajo con la gente, ayudar a mejorar las condiciones de vida de la gente. He encontrado que con estas prácticas holísticas se les puede brindar un gran apoyo a las personas física y emocionalmente. Me encanta…
Diez años después creo que llegó la hora de saber por qué se fue sorpresivamente, por qué dejó de ser Primera Dama sin despedirse y desapareció sin mayores motivos…
(Silencio) es un tema realmente doloroso, un tema del que se tejieron muchas historias y en el que hubo mucha especulación, calumnia. En ese momento entendí que el Huila no era un sitio para mí, había mucha incertidumbre, un ambiente muy pesado para mí, para mis hijos. Y en un momento me detuve a pensar, si valía la pena seguir en la Gobernación con tan poco reconocimiento para el trabajo que se estaba haciendo. Debido a unos problemas de seguridad de Nicolás y Daniel, mis hijos, yo había hablado con el ex presidente Uribe unos meses antes de tomar la decisión, y realmente llegó el momento en que dije no vale la pena arriesgar la vida de mis hijos, estar en medio de un malestar general. Realmente como no soy una persona atornillada al poder o buscando figuración o una posición, decidí que la oportunidad que me brindaba el ex presidente era maravillosa para salir. Y de paso dejar atrás todo ese pasado de la Gobernación y buscar nuevos horizontes.
Cuando habla de ambiente tenso, pesado, de malestar a qué se refiere…
No quiero ahondar mucho en esas cosas que pasaron hace diez años, nunca he hablado por respeto a mis hijos y porque creo que las cosas son privadas. Y diez años después no creo que sea el momento para hablar de esos temas, pero realmente no era el ambiente para mí ni para mis hijos. Creo que el hecho de ser Primera Dama fue inolvidable, una gran oportunidad cargada de muchas experiencias bonitas, pero cuando tú no cuentas con el respaldo y el reconocimiento desde adentro de lo que se está haciendo, es difícil. Llegó un momento en que yo ya era incómoda y no valía la pena estar en medio de esa situación y teniendo en la otra mano la opción de venirme a Boston. Decidí salir, aunque sabía de todos los comentarios e historias que se estaban tejiendo. No quise tomarme el trabajo de quedarme a dar explicaciones, yo sabía que lo que hacía era por mis hijos. La gente que me conoció, que me conoce, saben que soy una mujer dedicada a mis hijos, esa ha sido mi prioridad.
Usted dice que se volvió incómoda en el poder, en la Gobernación como Primera Dama… ¿cómo así?
Esa es mi percepción. Yo lideraba proyectos muy lindos con los jóvenes, las mujeres. Incluso la Fundación Uniendo Sueños o la Casa de los Sueños, en la Comuna Ocho, proyectos que tuvieron eco a nivel departamental, pero siento que realmente ese era un apoyo que yo estaba brindando a un proyecto mucho más grande, pero siento que esos proyectos y ese esfuerzo no contaron con el suficiente apoyo y reconocimiento que deberían tener para continuar.
Pero usted era la esposa de quien tenía el poder…
Yo era la esposa, pero no tenía el apoyo suficiente para que esos proyectos siguieran. Y quedó reflejado cuando salí del Huila, los proyectos se acabaron y nunca se dijo nada. Viviana Gómez figuró hasta el día anterior de irse y cuando salió nunca jamás alguien volvió a mencionar algo sobre el tema. No podía convocar una rueda de prensa para explicar lo acontecido. No soy de escándalos o show, no podía pedir solidaridad o entendimiento porque al final del día pasó lo que tenía que pasar. Todo el mundo se quedó callado como si nada hubiera pasado.
¿Usted cree que su papel fue tan protagónico en el Huila, tan bueno- lo reconozco yo- que su pareja llegó a sentir posiblemente celos mediáticos?
No, yo creo que ese no es el caso. Definitivamente una Gobernación tiene un espacio para mucha gente que puede hacer una figuración nacional importante. Yo tuve en su momento mi espacio, la oportunidad y la aproveché al máximo. Yo no podía quedarme atornillada a una posición que ni me correspondía (porque yo no era la elegida), pero que sí era incómoda para un grupo de personas ahí. Entonces, lo que tenía que hacer era despedirme, decirles acá no se acaba mi vida, yo sigo adelante… Yo no tuve nunca un problema, una dificultad con alguien. No lo recuerdo, pero sí entiendo que mi figura era incómoda y que había un interés para que yo no estuviera más ahí.
Le pregunto con respeto, cuando usted se va sin decir adiós se especuló mucho. Hubo chismes, comentarios, se habló de infidelidades, violencia intrafamiliar… de todo lo que se chismoseó, ¿qué hay de cierto?
Cuando tomo la decisión de irme de la Gobernación, yo decidí por un tiempo no volver a escuchar nada. Supe de muchos cuentos en mi contra. Incluso, me enteré hasta de persecuciones en el carro de los escoltas, que me habían visto por Rivera, una cantidad de cuentos…sé que hubo mucho falso comentario en mi contra, pero no creo que exista una persona en el Huila o en el país que me haya visto a mí como decimos ‘mal parqueada’. Ni siquiera era una mujer de muchos eventos sociales, era una mujer de eventos oficiales y siempre con mis hijos. En estos días estuve mirando mis fotos de la época de la Gobernación. Y en todos estaba con mi hija María José que en ese tiempo tenía cinco años. Nunca pueden decir que me vieron en discotecas o tomando trago porque no tomo licor y ni salía, fue una historia fabricada para justificar mi salida.
¿Por parte de quién?
No lo sé. Yo estoy muy lejos, cuando me entero que esa historia existe y voy y confronto la realidad me sorprendo. No sé cómo pueden especular tanto cuando realmente de mi parte no había de dónde poder sacar esas historias.
¿La decisión de irse y dejar todo en la Gobernación se dio en cuestión de horas o venía maquinándolo con tiempo?
Yo tomé la decisión en septiembre y salí en noviembre cuando mis hijos terminaron el colegio. Incluso hice una gira por el departamento visitando los diferentes programas que yo tenía, pero nadie sabía que lo que yo quise hacer era despedirme sin que nadie se enterara, sin anunciarlo….mis hijos terminan colegio y al otro día estoy en Bogotá alistando maletas para venirme a Boston. No podía estar donde no era muy bien recibida. Gracias a Dios en Estados Unidos encontré una vida y la estabilidad para levantar a mis hijos.
¿Cómo puede incomodarle al marido una mujer bonita, inteligente, aplomada…?
No sé cómo contestarle porque lo que siento es que uno debe estar donde hay armonía. No soy una mujer de grandes intereses, creo que el papel que juego con mis hijos es vital, como hija, lo que tengo para bridar. Soy auténtica, sin vanidades. Yo no sé, lo único que puedo decir es que donde no soy bien recibida no estoy. Yo salgo del Huila con mi matrimonio destruido y con una incertidumbre bien grande por lo que pueda pasar a nivel familiar con mis hijos.
Fue fácil irse, una mujer sola en Boston con tres hijos pequeños…
Claro que fue difícil, la oportunidad era maravillosa, pero las condiciones fueron muy tristes, demasiado. No tomé la decisión de venirme a Boston basada en la experiencia profesional. Llegar con tres niños, sin celular, sin carro, sin familia, en pleno invierno un 25 de diciembre es bien duro, pero gracias a Dios conté con el gran apoyo de mis papás, un motor importante. Hemos tenido días difíciles, también muy lindos, este país ha sido maravilloso en término de oportunidades para mis hijos. Ellos están muy bien y yo me he reinventado profesionalmente como persona. He crecido y aprendido muchas cosas.
¿Volvió al Huila?
Un par de veces, pero con mucha nostalgia. La nostalgia es grande por el cariño de la gente, porque mi estadía en el departamento fue de alegría.
¿Las heridas están superadas?
¡Claro! Soy una convencida que las cosas pasan por alguna razón buena, que cuando se cierra una puerta se abren muchas más. Estoy absolutamente convencida que la calidad de vida que tengo hoy, que las experiencias y oportunidades que mis hijos han gozado, sino fuera por ese mal momento, ellos jamás las hubieran tenido si nos hubiéramos quedado allá. Fue horrible la forma como pasó, desafortunado que se hubiera empañado mi nombre de esa manera cuando lo único que tuve fueron buenas intenciones.
¿Le gustaría regresar al Huila a lanzarse a la política?
Yo te diría que sí, pero no veo con quién. No veo como un espacio para que una mujer sin maquinaria política pueda tener una figuración en un departamento donde se necesita una estructura política que yo no tengo.
¿Cómo le fue como cónsul en Boston?
Excelente, fue una oportunidad maravillosa, es un trabajo con las comunidades colombianas en el área de influencia. Fue trabajo comunitario, apoyo a las organizaciones, pero fue muy lindo, conocí autoridades locales, líderes, académicos… tengo gratos recuerdos.
¿Le gustaría volverse a Colombia?
María José, mi hija pequeña, entra a la universidad en un año, así que tendré la oportunidad de volver a Colombia y estar entre allá y Boston.
Por último, envíele un mensaje a la que gente que la aprecia, la recuerda y hasta quienes especularon sobre usted Bibiana Gómez ha sido, será y seguirá siendo la misma que la gente conoce.
Soy una persona que prefiere ver las cosas desde el punto de vista positivo, me quedo con recuerdos bonitos, con las experiencias agradables, las lecciones aprendidas, las oportunidades. Llevo al Huila en mi corazón y la gran riqueza de su gente, su cultura, su comida. Me quedo con eso en mi corazón.