La Nación
Hugo Tovar, el hombre de las mil batallas 1 18 mayo, 2024
INVESTIGACIÓN

Hugo Tovar, el hombre de las mil batallas

El controvertido polemista, Hugo Tovar Marroquín, murió ayer impactado por el coronavirus, el único que le apagó su encendido verbo. Su chispa, como su trasegar, nunca pasaron inadvertidos. Para bien o para mal, provocaba incendios o generaba ampollas.

 

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanacion.com.co

Aunque el abogado Hugo Tovar Marroquín ganó muchas batallas en su fogosa carrera judicial, no pudo eludir la trampa que le puso el infortunio.

Su verbo provocador no logró espantar las parcas del destino que esta vez le ganaron la partida. Las hilanderas del designio, transformadas en un virus letal, le cancelaron abruptamente su pasaporte. Una semana le bastó para apagar su encendida pluma.

Después de haber recorrido un prometedor sendero en el Movimiento Dignidad Liberal al lado de Rodrigo Lara Bonilla, levantó con el mismo ímpetu de liberal contestatario las banderas del Nuevo Liberalismo, fundado en 1980.

Al lado de esa nueva generación de disidentes del viejo liberalismo oficialista emergieron Enrique Pardo Parra, Álvaro García Herrera, Julio Bahamón, Jairo Morera Liscano, Jaime Ucrós, Rubén Ordóñez, Ernesto Durán Cordovez, Arismendi Mora, Carlos Cabrera Villamil, Aníbal Charry González y por supuesto, Hugo Tovar Marroquín.

Todos terminaron fundidos en un mismo ideal basado en la dignidad, la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y las maquinarias clientelistas.

Provocador

Tovar Marroquín, con los fundamentos que adquirió en la Universidad Libre, se convirtió en un orador innato, con inusitada fogosidad, ruidoso, provocador que llenaban tribunas, como lo hacía Lara Bonilla en su vertiginoso ascenso en la vida nacional.

Lara Bonilla, cumpliendo su juramento en el Ministerio de Justicia, se jugó la vida contra la mafia pero no logró detener su auge ni frenar su carrera criminal. La mafia tampoco le perdonó semejante osadía.

“Cuando lo mataron yo estaba en el Tolima, en la represa de Prado, con una familia a la que le llevaba un asunto judicial. Me enteré por la televisión, a las diez de la noche. Quedé estupefacto, muy golpeado con la noticia”, recordó Tovar Marroquín.

“Esa misma noche me fue imposible regresar a Neiva, por falta de transporte. Sólo pude hacerlo al día siguiente, hacia las cuatro de la tarde. No había celulares ni internet. Su muerte implicó que se desatara una lucha dura del gobierno contra las mafias, pero el narcotráfico es un monstruo de siete cabezas amparado en la corrupción política que hoy sigue vigente”, relató 30 años después.

Sin embargo, admitió que ese movimiento que fue arrollador, con resultados inimaginados, al fusionarse con el liberalismo tradicional, comenzó a evaporarse.

Nuevas banderas

“No era fácil que se proyectara el pensamiento político de Rodrigo Lara después de su muerte. Si bien el Nuevo Liberalismo recogía buena parte de su ideario, de sus tesis políticas, con la llegada de Luis Carlos Galán al Partido Liberal, en 1989, la propuesta programática que él y Lara habían diseñado quedó incluida en la del liberalismo”,  precisó.

“Después de los magnicidios de Lara y de Galán fue muy difícil que todo siguiera igual, esto nos llevó a pensar que, ante la ausencia de un partido político, con doctrina y liderazgo propios, era difícil dar continuidad del ideario de Rodrigo Lara”. Ni siquiera el Movimiento Galanista del Huila que creó el senador Rodrigo Villalba fue capaz de persistir en esa renovación y terminaron plegados al lado de las viejas jerarquías liberales.

“Lara era un torrente de ideas profundas, democráticas, un hombre recto y respetuoso en su proceder, delicado como nadie en el manejo de los asuntos públicos, radical y vehemente en la defensa de sus posiciones políticas; un parlamentario de grandes debates, que se hacía sentir en el Senado; un Ministro de Justicia de mostrar en el país y allende las fronteras. Por eso no era fácil encontrar políticos con esas cualidades y virtudes”, evocó Tovar Marroquín.

Desde entonces andaba en la tormenta, sin brújula, buscando otros senderos para encontrar su rumbo. En ese intento libró muchas batallas, encontró muchas victorias y en otras, grandes derrotas que nunca lo doblegaron.

Grandes victorias

Con su vasta experiencia de jurista consumado asumió la defensa de muchas víctimas de las capturas masivas, especialmente campesinos de Algeciras, su tierra natal. Y las ganó en franca lid.

La Fiscalía General de la Nación tuvo que cancelar las más altas condenas por las capturas masivas realizada en el Huila, el 13 de julio de 2002, soportada con dos falsos testigos: Farith Motta González y César Augusto Navarro, supuestos desertores de las Farc. La reparación, sustentada por el abogado Hugo Tovar Marroquín, favoreció a 178 víctimas y familiares.

Hugo Tovar, el hombre de las mil batallas 7 18 mayo, 2024
Una victoria contra las capturas masivas.

La ‘Operación Margareth’, coordinada por la fiscal especializada Cecilia Giraldo Saavedra, terminó con la detención arbitraria de 37 personas, en los municipios de Nátaga, Tesalia, La Plata, Íquira y Neiva.

“Las versiones del testigo Farith Motta fueron desestimadas por registrar problemas mentales, como consecuencia de un accidente. En estas condiciones no ofrecía garantía su versión y por el contrario los testimonios practicados a favor de los sindicados, los señalaban como personas de bien y trabajadores, siendo precluida la investigación en virtud de la presunción de inocencia”, explicó Tovar Marroquín.´

Familia ferretera

El 10 de mayo de 2006, en otra operación similar, fue capturado el empresario Querubín Trujillo, propietario de varias ferreterías, su esposa, sus hijos y otros miembros de su familia, falsamente señalados como ‘testaferros de las Farc’.

El Juzgado Segundo Penal del circuito de Neiva, 22 de enero de 2007 los dejó en libertad al considerar que las capturas fueron arbitrarias. Una demanda de reparación está lista para fallo en el Consejo de Estado.

El comerciante Querubín Trujillo, nacido en Algeciras, y su familia fueron absueltos. El 12 de abril pasado falleció de un paro cardiaco.

Tovar Marroquín ganó en primera y segunda instancia otra batalla por el arbitrario desalojo de 351 inquilinos de las antiguas galerías Central y Satélite del Norte por orden de la Alcaldía de Neiva.

Las órdenes de desalojo y la posterior demolición de las dos galerías fueron impartidas el 24 de diciembre de 1997.

El Consejo de Estado concluyó, como lo argumentó Tovar Marroquín, que las medidas ordenadas por el alcalde de la época fueron un atropello que lesionó el derecho al trabajo, a la estabilidad laboral y al mínimo vital de los comerciantes que se encontraban laborando en las plazas Central y Satélite del Norte.

El monto total derivado de esta acción de reparación colectiva ascendió a 4.674 millones de pesos que ahora se pretende repetir contra los posibles sucesores del extinto ex mandatario.

Causas ajenas

Sin tener ningún poder, asumió con otros 80 aficionados indignados, la defensa de las víctimas por el colapso de la tribuna occidental del estadio de Neiva.

Tovar Marroquín, presentó la primera denuncia penal por homicidio culposo y lesiones personales culposas.

“Fue una tragedia anunciada, pues el año pasado se presentaron dos eventos por fallas en la estructura en las obras de remodelación de la tribuna occidental. Siendo previsible el colapso, nadie hizo nada”, aseveró Tovar Marroquín.

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Al lado de las víctimas del estadio de Neiva.

La última denuncia

Sorprendido por el manejo de la concesión de Licores regionales, Tovar Marroquín, en representación de la empresa Licorsa, dio su última batalla jurídica. Solicitando que se invalidara la licitación.

“Este proceso-dijo- presenta irregularidades que lesionan los principios de transparencia, debido proceso, igualdad de oferentes y libre concurrencia”.

Aunque la tutela no logró frenar la adjudicación Tovar Marroquín, le seguía el curso al debate que se libra en la Asamblea paisa, para acabar con la Fábrica de Licores de Antioquia, como una dependencia de la Secretaría de Hacienda. Al convertirse en una empresa autónoma no podría operar el nuevo contrato.

Pleitos ajenos

Tovar Marroquín, asumió con el mismo empeño causas ajenas, igualmente polémicas.

Sirvió como testigo en un enredo judicial ante la Corte que investigaba al ex presidente del Senado Hernán Andrade por un supuesto préstamo de Armando Cabrera Polanco del cual salió airoso.
Luego ‘casó’ otra pelea con el ex presidente de la Corte, Yesid Ramírez Bastidas, su paisano, por servir de testigo en un pleito judicial con el ex presidente Uribe.

Aunque fungía como uno de los uribistas ‘pura sangre’, terminó agarrado con el senador Ernesto Macías y luego con la ex ministra María del Rosario Guerra, perdiendo la posibilidad de ser el candidato a la Cámara de Representantes.

Y finalmente, sirvió como intermediario para que Carlos Eduardo López Callejas (‘Caliche’), se entrevista con el congresista Álvaro Hernán Prada, en un explosivo caso por ‘falsos testigos’. Tovar Marroquín admitió esa mediación y confirmó que también rindió su testimonio ante la Corte.

Polémico escudero

En este trasegar de “animal político” se convirtió en escudero polifacético de muchos candidatos o en jefe de debate muchos aspirantes  amigos como Orlando Beltrán, Jorge Eduardo Géchem, Rigoberto Ciceri, Oscar Iván Zuluaga, luego se sumó a Luis Alfredo Ramos, aspiró por Colombia Democrática, partido del ex senador Mario Uribe  y finalmente, fue candidato al Senado por el Partido Conservador.

Tovar Marroquín nunca se quedó quieto. En la última campaña se puso la camiseta por Jorge Fernando Perdomo y luego por Carlos Ramiro Chávarro, quien ganó la encuesta. Su discurso radical contra los acuerdos de paz  espantó a los simpatizantes indecisos, les cambió su intención de voto zozobró su fallida gesta.

Ahora, aislado del Centro Democrático, venía promoviendo la conformación de un movimiento nacional de derecha, que se quedó truncado porque un virus letal que nunca esperaba, le apagó la última chispa que lo mantenía vivo.