La Nación
Humberto Silva Cuellar
COLUMNISTAS OPINIÓN

Huila, el Singapur de Colombia

Dentro de mi profundización por temas que me apasionan, como es la integración holística, para generar ingresos, a través de una inspiradora experiencia de servicio al cliente, como valor agregado, encontré un documento sobre el tema, escrito por Ron Kaufman y el cual es la base del presente artículo.

Singapur es una isla única y extraordinaria localizada al sur de la China. Es un país muy pequeño, con una extensión de 450 km. /2 , tiene menos de seis millones de habitantes,  sin embargo es uno de los principales centros financieros del mundo.  Año tras año es catalogado como uno de los mejores lugares del planeta para vivir y hacer negocios. Ha mantenido el rango de la economía de más rápido crecimiento en el mundo, a pesar de haber alcanzado su independencia hace menos de 50 años.

 Este país tiene pocos recursos naturales a excepción de SU GENTE y de su ubicación geográfica que le permite una gran actividad comercial para negocios y disfrutar del país.

Pero Singapur quería convertirse en un centro para crear e intercambiar valor y no ser un simple festín exótico, un punto de tránsito o un destino regional interesante. Singapur tenía que sufrir otro enorme cambio de “mentalidad “y de comprensión global en todo el país.

Una transformación de actitudes que iban desde las ordenes hasta la creatividad y de conductas, en suma, una transformación de servicio inspirador. ¿Por dónde comenzar si quieres transformar una actitud mental, transformar una base industrial, inspirar a una mezcla diversa de personas y estimular a toda una nación? comienza por la puerta de entrada.

Contextualizándolo con el Departamento, tenemos más recursos naturales que Singapur; la ubicación geográfica es inmejorable; abre las puertas a una región exótica, llena de paraísos turísticos; pero no hemos logrado el verdadero cambio: la bendita “MENTALIDAD”; el aeropuerto sin ninguna proyección; el terminal, en condiciones normales y la atención básica y rutinaria que no brinda más de lo esperado a quien lo visita. Si lo imitáramos lograríamos el verdadero desarrollo, como ejemplo nacional, porque tenemos las condiciones para lograrlo, pero desafortunadamente, estamos programados para la mediocridad, el despilfarro de recursos – en algunos casos-. la triquiñuela, la trampa, la pereza, la lamboner´ia política y la persecución y desprestigio a quien quiere innovar en ciertos procesos de mentalidad y académicos. Es lamentable. Reconozco en el gobierno actual el interés y la honestidad para que el Huila progrese, como otros exmandatarios locales; pero él no puede solo y termina absorbido, luchando contra la corriente.