La Nación
Juicio fiscal por 'elefante blanco' en Aipe 1 26 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

Juicio fiscal por ‘elefante blanco’ en Aipe

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanación.com.co

El estadio de microfútbol con cancha sintética presentado en el 2015 como uno de los proyectos banderas para el fomento deportivo en la antigua capital petrolera del Huila quedó inconcluso como otro elefante blanco.

Por una deficiente planeación y por incomprensibles fallas en los diseños originales, el escenario deportivo, con inversiones calculadas inicialmente en 5.435 millones de pesos, quedó ejecutado en un 67,82%.

El proyecto contemplaba, según el diseño inicial, cuatro componentes: la cancha sintética, las graderías, la plazoleta de comidas y la iluminación. Sólo se inició la primera.

Aunque la cancha sintética fue terminada no está en funcionamiento ni puede hacerse uso de ella en los términos que el proyecto definió como beneficio a la comunidad. Lo ejecutado, según la Contraloría,  no cumple con el objeto determinado en el proyecto, generándose un detrimento patrimonial estimado en 3.025 millones de pesos.

Responsables fiscales

Como presuntos responsables vinculó inicialmente al alcalde de la época, Jesús Ernesto Álvarez López, quien promovió la obra y dirigió el proceso de contratación.

Igualmente vinculó a los contratistas, Sonia Patricia Arcila Osorio, representante legal de la empresa Probciviles y Luis Fernando Melo Ossa, representante legal de la Unión Temporal Psport Aipe y a Pedro Daniel Sarmiento López, representante legal de Psport Systems Sas.

La aseguradora Liberty Seguros fue vinculada en calidad de tercero civilmente responsable. Todos serán escuchados en versión libre y espontánea para que presentes sus descargos. La diligencia se definirá en los próximos días, según lo confirmaron voceros del organismo fiscalizador.

Sin estudios

Las falencias, en criterio de la Contraloría, se originaron por las deficiencias en la planeación, seguimiento y control. El proyectos fue aprobado por el Ocad sin tener un estudio técnico de suelos, sin los recursos suficientes, pero además, sin atender las prioridades y sin examinar hacia el futuro la sostenibilidad.

“En éstas circunstancias el proyecto no se desarrolló con eficacia. Se ha generado un desbalance del contrato. Se dejaron de construir ítems de la obra inicial, se realizaron nuevos ítems y en consecuencia mayores cantidades de obras, lo que finalmente, terminaron afectando el planteamiento financiero del proyecto y el tiempo de entrega de la obra objeto del contrato”, reportó la Contraloría.

En estas condiciones, la administración municipal fue negligente, faltó supervisión y una adecuada interventoría en la etapa contractual, concluyó la Contraloría General.

“Estos hechos configuraron un detrimento patrimonial al Estado con incidencia disciplinaria y fiscal. El daño patrimonial fue establecido inicialmente en 3.025 millones de pesos”, concluyó el organismo de fiscalización.

Esta cifra corresponde al valor ejecutado y pagado (según actas de recibo parcial No.1, por $ 1.001 millones y No. 2 por $ 417 millones, más el valor sin amortizar del anticipo, por la suma de 1.606 millones de pesos.

La contratación

El proyecto fue iniciado por el ex alcalde Jesús Ernesto Álvarez y pese a las gestiones iniciadas por su sucesor no ha sido posible la terminación, o por lo menos, el uso de lo que está construido.

El contrato de obra No. 457 de 2015 fue adjudicado a la Unión Temporal PSPORT Aipe por un valor inicial de 5.435 millones de pesos. La interventoría (Contrato No. 455 de 2015) fue suscrita entre el municipio de Aipe y Consorcio Estadio Aipe por 380 millones.

El proyecto, financiado con regalías petroleras, contemplaba en su concepción inicial cuatro componentes: cancha sintética, graderías, una plazoleta de comidas y el sistema de iluminación.

El contratista recibió cerca de 3.592 millones de pesos. De éstos anticipo por valor de $ 2.174 millones corresponde al anticipo y 1.418, 62 millones por obras ejecutadas contenidas en las dos primeras actas.

Deficiencias

El proyecto desde el comienzo registraba serias deficiencias.En la ejecución se detectaron grandes diferencias entre las cantidades  de obra contratadas y las obras requeridas para materializar el objetivo del escenario deportivo.

Según funcionarios del Departamento Nacional de Planeación, encargados de realizar el seguimiento, el terreno presentaba serios inconvenientes lo que obligó el replanteo del proyecto y  por lo tanto la ejecución de actividades no contempladas inicialmente.

El proyecto tuvo que ser trasladado 25 metros al norte del sitio inicial destinado para la obra debido ante la presencia de una torre de almacenamiento de agua y a una subestación de energía, que representaban un alto riesgo para los usuarios del escenario. También se elevó la cota del proyecto para evitar eventuales inundaciones en épocas de lluvias.

Por esta razón, el proyecto fue adicionado (modificación No 1 del 18 de abril de 2016), sólo que sin autorización del Departamento Nacional de Planeación. En este cambio  se excluyeron del proyecto inicial las torres de iluminación, la cubierta en poliéster de la gradería y la plazoleta de comidas.  Los recursos destinados para éstas obras se invirtieron en realidad en el movimiento de tierras.

Estos cambios originaron un nuevo cálculo estructural, el cambio de cimentación de las graderías de pilas a zapatas (calculo estructural no era concordante con el estudio de suelos); también se incrementó la resistencia del concreto, que en el contrato estaba en 3000 psi y se subió a 4000 psi. Esto obedece a un ajuste de norma de la gradería con capacidad para 900 personas sentadas, ya que Aipe es zona de riesgo sísmico alto.

“El replanteo de la obra impactó drásticamente el monto de los recursos presupuestados para las obras programadas y por lo tanto afectó el cronograma previsto”, según el ingeniero Jorge Enrique Gutiérrez, perito del organismo de control.

Los cambios no contemplados impactó financieramente el proyecto ocasionaron nuevos ítems y  por lo tanto mayores cantidades de obra.

De hecho, los ajustes imprevistos de entrada originaron una mayor cantidad de excavaciones, traslados y rellenos para el mejoramiento del suelo y por lo tanto un desfase del presupuesto inicial.

Inconsultos

Los cambios inconsultos originaron igualmente una investigación del Departamento Nacional Planeación, encargado de las auditorías en tiempo real del  Sistema General de Regalías. El proyecto fue incorporado en la “lista negra”.

El entonces director Nacional de Planeación, Luis Fernando Mejía lo ubicó entre los 48 proyectos en estado crítico financiados con regalías y en alto riesgo.

Como medida preventiva suspendió los giros de los recursos (Resolución No. 3355 de 2017) afectando gravemente el proyecto de inversión. Ese hecho, antes que corregir las falencias,  frustró la terminación.

Cronogramas

El estadio fue diseñado, formulado y contratado en el segundo semestre del año 2015 por el alcalde de la época Jesús Ernesto Álvarez.  Parte de la obra fue recibida fuera de tiempo. La actual administración procedió a través de la interventoría a la revisión de los estudios y diseños del proyecto, ajustándolos al reforzamiento estructural acordes con la norma NSR-10, cuyas acotaciones y recomendaciones hicieron conocer a través de los primeros informes mensuales.

La actual administración, según el director local de planeación comprobó las falencias estructurales por amenaza de riesgo sísmico en zona distinta a la localización del proyecto. El semblante fue solucionado con el rediseño de cimentación y la estructura de las graderías. Además, se concluyó que el estudio inicial de suelos recomendaba una fundición superficial (zapatas y vigas) mientras que el calculista proyectó una fundición profunda (pilas), aspecto no acorde al estudio.

“En el presupuesto inicial la estructura de la gradería estaba contemplada en concreto de 3.000 PSI, cuando los cálculos iniciales eran en concreto de 4.000 PSI, aspectos que generaría nuevos ítems, mayores cantidades de obra y desde luego mayor costo al proyecto”, reportó la actual administración. Aunque afirmó que no tuvo ninguna injerencia en esta fase, ha venido buscando alternativas para la culminación y ajuste del proyecto.

En su criterio, algunas obras no se calcularon adecuadamente, según los planos (grama sintética, base, Schopack). Otras, como el movimiento de tierras, en razón a los ajustes de carácter técnico, obedecieron al mejoramiento del suelo y solamente se detectaron en el momento de realizar las excavaciones.

Estas obras se reprogramaron para que el terreno garantizara estabilidad en la fundición de la cancha sintética como área de graderías y plazoleta de comidas e igualmente actualizar el presupuesto por mayores cantidades, ítems nuevos y por ajuste en la norma NSR-10.

Juicio fiscal por 'elefante blanco' en Aipe 7 26 abril, 2024
La cancha sintética quedó ejecutada en un 67% pero no pudo usarse como lo contemplaba el proyecto.

Ajustes indebidos

Una comisión de la Contraloría General de la República confirmó en el sitio las irregularidades reportadas por la Comisión de Regalías.

“La situación señalada se presentó debido a los ajustes, modificaciones y cambios que se debieron introducir al proyecto en razón a las falencias de los diseños y estudio de suelos y al desfase del presupuesto inicial, lo que ocasionaron nuevos ítems y mayores cantidades de obras, y en consecuencia el aumento en los costos para la ejecución de las obras. Lo antes dicho, produce como resultado una gestión antieconómica que genera detrimento al patrimonio público”, reportaron los investigadores.

Con anterioridad, la Auditoría General de la República había advertido que el proyecto estaba en la ruta crítica. Sin embargo, la advertencia no sirvió de nada. La centralización y recorte de las regalías no garantizó la eficiencia.

El proyecto sigue paralizado. Tres años después,  sigue  sin  presupuesto para terminarlo. El actual alcalde lo presentó el año pasado de nuevo al Ocad para la gestión de los recursos. La financiación naufragó y las regalías, pese a los controles del Gobierno Nacional, se perdieron.