La Nación
La alegría de pasar de la guerra a la paz 5 26 abril, 2024
TEMA DEL DÍA

La alegría de pasar de la guerra a la paz

FERNANDO POLO /LN 

corresponsales@lanacion.com

Los sueños y proyectos de tener una mejor vida y de vivir en libertad es lo que alimenta el espíritu de los combatientes de las Farc que hoy están en las zonas de normalización haciendo la transición hacia la paz.

Los que están en la Zona Veredal de Normalización de El Oso, en Planadas, Tolima, límites con el Huila, esperan en medio de las incomodidades que se dé pronto la paz para iniciar nuevos proyectos de vida.

Entre sus ilusiones está estudiar, abrir sus negocios; la mayoría es de vocación agrícola y sueña con poner el campo a producir, pero aún están temerosos por la estigmatización de la que son objeto, aunque reconocen que la fama que tienen no se la ganaron gratis, quieren que los medios de comunicación y la sociedad en general entienda que están en un proceso con el que se sienten comprometidos y que al igual que la mayoría de colombianos también quieren vivir en paz.

En diálogo con LA NACIÓN,  algunos de los integrantes del frente 21 Cacica Gaitana, que llegaron a la Zona Verdal de El Oso, confesaron sus temores y dejaron entrever que aunque han cometido faltas graves que ya el país conoce, están en la tónica de iniciar una nueva vida, por lo que piden el apoyo y cumplimiento del Gobierno y el entendimiento de la sociedad.

LOS PROTAGONISTAS

Simona Luna, es una de las integrantes del frente 21 Cacica Gaitana, lleva diez años en las Farc y hace siete días llegó a la zona de El Oso. En el grupo insurgente se encargaba de hacer circular la propaganda subversiva, en el improvisado campamento se ocupa de recibir a los periodistas, le gusta el maquillaje y reniega porque alguna vez los medios de comunicación la tildaron de vanidosa.

“Creen que porque uno está por aquí no tiene derecho a nada, yo uso bloqueador porque el sol en esta zona es inclemente, somos mujeres y tenemos nuestra vanidad, eso no lo ven bien algunos medios de comunicación y se pegan de eso para desprestigiarnos”, se quejó Simona.

Wilson Saavedra es otro de los integrantes del comando del frente 21, es uno de los encargados de dictar las charlas a los líderes y ciudadanos que los visitan, tiene claro el compromiso de la paz pero se ofende con los comentarios –según él- mal intencionados de algunos medios de comunicación.

“Uno no pide que lo traten bien, que le digan cosas bonitas porque somos conscientes que hemos cometido errores, pero sí exigimos que digan las cosas como son, porque se han encargado de hacernos una campaña de desprestigio y eso afecta el proceso de paz”, dijo Saavedra.

Agregó que en el proceso se están consolidando los últimos retoques para alcanzar la paz y eso no le gusta a un sector del país.

LA DISCIPLINA

En el conjunto de cambuches todo es armonía, cada uno tiene su rol, mientras unos montan guardia otros cocinan, los comandantes tienen reuniones permanentemente con integrantes de la ONU, de la Defensoría del Pueblo y fundaciones sociales que los visitan.

La mayoría trata de pasar el tiempo en los improvisados cambuches para protegerse del sol. Hay varias parejas que tienen hijos, en total hay diez menores, en edades de uno a 11 años, pero aclaran que son simplemente hijos de las parejas que se han conformado entre guerrilleros. No son menores combatientes.

La relación entre todos es cordial, las diferencias de edad no son problema para entablar conversaciones entre ellos, hay personas de la tercera edad, como el caso de Doroteo Carrillo, quien a sus 73 años es asediado por las guerrilleras más jóvenes para que les cuente historias de cómo nacieron las Farc y de los combates que ha tenido, ya que lleva 50 años en las filas de la guerrilla. Fue uno de los primeros en acompañar a ‘Manuel Marulanda’ y a ‘Jacobo Arenas’ en los inicios de la insurgencia en Marquetalia, paradójicamente en la misma zona donde hoy están reunidos con la firme idea de reintegrarse a la vida civil.

Carrillo narra que durante los 50 años que lleva en las Farc le ha tocado todos los días defenderse para conservar su vida. Sin sonrojarse dice que se ha encontrado con la muerte de frente pero ha salido victorioso. Hoy, a sus 73 años, solo quiere que el conflicto termine para poder disfrutar de un pedazo de tierra que tiene y que por andar en la guerra no ha podido cuidar.

En la Zona Veredal de Normalización de El Oso, todos es optimismo, con paciencia y en medio de la obra los guerrilleros esperan que los ingenieros contratistas terminen de adecuar el terreno donde van a quedar las casas para empezar a ayudar en su construcción, consideran esta acción como la colocación de la primera piedra en lo que será su nuevo proyecto de vida.

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Los comandantes del frente 21 Cacica Gaitana que están en la zona de normalización de El Oso, en el Tolima.

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Cada miembro de las Farc desempeña un rol en el improvisado campamento.

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La casona de la finca donde están los terrenos la utilizan para guardar los víveres.

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A sus 73 años, Doroteo Carrillo solo quiere que se consolide la paz para retirarse a descansar porque lleva 50 años de su vida en la guerra.