La Nación
¿La autonomía universitaria a curso remedial? 1 17 junio, 2024
INVESTIGACIÓN

¿La autonomía universitaria a curso remedial?

El derecho a la autodeterminación está en el discurso de la academia regional, a propósito del cese de actividades en la Universidad Nacional de Colombia.

Olmedo Polanco

Una ‘lista de mercado’ debería entregar la Sociedad de Mejoras de Neiva al ministro de comunicaciones, coronel José Manuel Agudelo (Paipa, Boyacá, 1902 – Bogotá, 2000). La redacción del documento estaba encargada a una ‘comisión especial’ y en él se incluirían tres tareas urgentes para el recientemente posesionado gobierno militar, presidido por el teniente general, Gustavo Rojas Pinilla. En su orden, el memorándum reclamaba: mejoramiento de las líneas telefónicas que conectaban la capital de Huila con Bogotá, traslado de los teléfonos de larga distancia a las nuevas oficinas en Neiva y prolongación de la red telefónica a los municipios de Altamira, Timaná, Pitalito y San Agustín. (El Tiempo. Archivo digital. Bogotá, domingo 30 de agosto de 1953. Página sexta).

El ministro Agudelo no tuvo el tiempo suficiente para cumplir a satisfacción las tareas asignadas desde Neiva. El gobierno militar designó, el lunes 12 de julio de 1954, al coronel Agudelo G., como rector interino de la Universidad Nacional de Colombia. La decisión está consignada en el Decreto 2100 de la fecha antes indicada. El documento contiene las firmas del Presidente de la República y del Ministro de Educación, Daniel Henao Henao. El decreto incluyó dos artículos: el primero, derogó el decreto 1816 que había nombrado a Abel Naranjo Villegas (Abejorral, 24 de junio de 1910 – Bogotá, 17 de febrero de 1992) como rector de la Universidad Nacional, el 10 de junio. El segundo artículo, dio cuenta de la decisión política al consejo directivo de la institución de educación superior.

Las voces militares en la Radio Nacional

A través de los micrófonos de la Radiodifusora Nacional de Colombia, se dirigió a la Nación el rector nombrado por el gobierno militar. Eran las 6:30 de la tarde del lunes 12 de junio de 1954. “Este cargo representa para mí un altísimo honor”, expresó el coronel Agudelo, que hasta ese momento había sido ministro de comunicaciones. Se comprometió a “…cumplir fiel y lealmente con todos los deberes y lograr para la Patria el mejor fruto, en bien de la juventud”. A continuación, afirmó que el nombramiento significaba “…de manera inequívoca, la voluntad que el supremo mandatario del país tiene de realizar una unión íntima, estrecha y cordial, entre el gobierno y el sector más sobresaliente del estudiantado de la República”.

Con relación a la escogencia de un militar para regir los destinos de la Universidad Nacional, que expresaba la voluntad del presidente Rojas Pinilla, dijo así: “…totalmente decidida a llevar la representación honrosa del uniforme del ejército nacional a la Universidad, como símbolo de unión entre las dos grandes porciones del pueblo colombiano: la juventud estudiosa de la universidad y la juventud que porta gloriosamente en sus manos las armas de la república”.

Finalmente, el coronel Agudelo prometió ante el Presidente de la República y “ante el sagrado libro de posesiones” cumplir fiel y lealmente con todos los deberes, propios de su cargo, hasta que el consejo directivo de la Universidad Nacional eligiera rector en propiedad. En efecto, en sesión del 4 de agosto de 1954, la instancia académica nombró al médico Jorge Vergara Delgado, que en consecuencia, renunció a  la rectoría de la Universidad del Valle.

A propósito de la autonomía universitaria

En la noche del martes conversé con el profesor Edgar Machado, ex rector de las universidades Surcolombiana y del Tolima. Aborda teóricamente la autonomía como “La capacidad de autodeterminación por parte del sujeto, del individuo. Es decir, que a la persona le asista la capacidad de establecer criterios, principios y valores para estructurar su identidad”. Sobre el mismo horizonte filosófico se expresa Luis Aurelio Ordóñez Burbano, profesor en la Universidad del Valle. Propone acercarnos al tema de la autonomía universitaria partiendo del enunciado filosófico que da origen a la idea. “La conquista de la autonomía está enmarcada en un proceso de larga duración; desde sus orígenes remotos, hasta la actualidad”, argumenta Ordóñez.

La profesora Aura Elena Bernal de Rojas, también fue rectora de la Universidad Surcolombiana. “La autonomía tiene un fundamento epistemológico que se sustenta en el quehacer de la Universidad”, me ha dicho ella con vehemencia. “Es decir, la autonomía universitaria está soportada en el ‘poder del saber’, en el conocimiento científico que lo diferencia de las creencias comunes, que se construye en comunidades académicas, dentro de unos principios éticos orientados hacia el avance de nuestra civilización, que se valida entre pares o comunidades científicas siguiendo parámetros definidos”, recalca Aura Elena.

Carlos Mario Lopera Palacio dirige el Observatorio de la Universidad Colombiana. “La autonomía se entiende como autodeterminación o expresión propia de la acción universitaria”, afirma.

Además, asegura que las instituciones de educación superior “…actúan con libertad, pero de manera responsable; son críticas, pero con argumentos; son revolucionarias o defensoras de la tradición y el establecimiento, pero son propositivas”. Como ha visto usted, nos hemos acercado a la definición de autonomía universitaria.

¿La autonomía universitaria a curso remedial? 7 17 junio, 2024
El mandato del Teniente General, Gustavo Rojas Pinilla, constituye una clara intromisión del gobierno nacional en la autonomía de la universidad pública en Colombia.

La universidad y las incidencias internas y externas

El profesor Miller Dussán Calderón se integra a este abordaje académico con relación a la autonomía universitaria. “A partir de la expedición de la Ley 30 de 1992, con fundamento en el artículo 69 de la Constitución Política de 1991, sobre autonomía universitaria, los consejos superiores de las universidades públicas y las organizaciones gremiales de profesores y estudiantes iniciaron una confrontación en torno a la elaboración de sus propios estatutos”, advierte Dussán Calderón.

“La esencia del debate, se suponía, estaría centrada en la búsqueda de consensos entre los actores institucionales y la comunidad académica sobre la consolidación de la autonomía como un poder social real; con la legitimidad necesaria para impedir su desconocimiento por parte del Estado y otros actores sociales, incluidos los armados”, complementa Miller.

Ahora bien, en el caso particular de la Universidad Surcolombiana, Dussán Calderón ha indicado que “en el Acuerdo 075  de 1994 se estableció que la USCO es una comunidad educativa de nivel superior autónoma, deliberante, abierta, participativa, organizada institucionalmente e integrada por sus estudiantes, profesores, directivos, egresados, trabajadores y empleados, donde reside la autonomía y se incorporaron todos los mecanismos de participación consagrados en la Constitución Política de Colombia”.

Aunque no se refiere de manera directa a la Universidad Surcolombiana, el profesor Carlos Mario Lopera Palacio, afirma que “…casi todas las universidades -públicas y privadas- tienden a parecerse entre sí”. Lo explica de la siguiente manera: “Sus procesos, formas y hasta expresiones rectorales son muy similares. En sus discursos defienden la autonomía, pero en la práctica es la que menos usan. No la aprovechan para diferenciarse y ser originales y únicas”.

Dussán Calderón argumenta como sigue: “Paradójicamente, se asumió arbitrariamente la autonomía como el poder soberano de los consejos, los rectores, los decanos; es decir, al fortalecimiento del poder administrativo contra la academia”. Es más, dice el profesor Miller: “Aún predomina la controversia en torno a los mecanismos de elección de las directivas, en detrimento de la discusión sobre la esencia de la autonomía y democratización universitarias y el fortalecimiento de la investigación para contribuir en la solución de los problemas sociales y la conservación del equilibrio ecológico”.

Alfredo Vargas Ortíz es profesor en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad Surcolombiana. “La autonomía universitaria ha sido socavada por factores internos y externos que la han llevado al traste y por eso no puede cumplir con sus verdaderos objetivos. En principio la potestad de nombrar sus propias autoridades y darse sus propios reglamentos ha sido leído por sectores que han estado en el poder, como una oportunidad de oro, para negociar sus intereses”, ha expresado Vargas Ortíz.

En este sentido, desde Bogotá, la profesora Aura Elena ha dicho que “Al ser el poder del saber lo que sustenta la autonomía universitaria, no admite la injerencia de poderes externos y por eso la universidad se autodetermina desde la potestad del saber”. “En dicho proceso, el desenvolvimiento histórico de la universidad muestra las tensiones que ha existido entre la autonomía de la comunidad universitaria y los poderes públicos que pugnan por controlarla”, complementa de manera asincrónica el profesor Ordóñez Burbano, desde Cali (Valle del Cauca).

El tiempo recorrido

Hace 58 años que en Pitalito se conformó un comité central pro universidad del Huila, instalado por un grupo de vanguardia que había tomado la iniciativa en Neiva y se dedicó a viajar por el territorio. Al llamado acudieron, entre otros, Gabriel Vinasco, Carlos Ramón Repizo y Humberto Muñoz. Las mujeres del comité: Teresa González de Cantillo, Aura Rosa Rojas, Gloria Fanny Tovar, Beatriz Rojas, Leney Tovar y Bibiana Molina. (Archivo Histórico. Radio Sur. Pitalito. Noticiero ‘Momento regional. Libreto del 12 de mayo de 1966).

El próximo 8 de junio conmemoramos los 70 años del asesinato de los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia que se dirigían hacia el Cementerio Central, a la altura de la Calle 26, en Bogotá; para recordar al también estudiante Gonzalo Bravo. Los asesinatos de los líderes estudiantiles presionaron la caída del teniente general, Gustavo Rojas Pinilla de la Presidencia de la República (13 de junio de 1953 – 10 de mayo de 1957). No olvidamos a: Álvaro Gutiérrez Góngora, Elmo Gómez, Hugo León Velásquez, Jaime Moore Ramírez, Jaime Pacheco Mora, Hernando Ospina, Rafael Chaves Matallana, Hernando Morales M., Raquel Cantor y José Carlos Grisales.