Ángela Cadena, directora de la Unidad de Planeación Minero Energética ( Upme) dijo a LA NACIÓN que se abrirán nuevos canales de diálogo con esas comunidades para entender las ventajas.
¿Hay nuevos proyectos de generación eléctrica a pequeña escala?
Los proyectos son, por supuesto, de libre iniciativa de los agentes privados o públicos. Hay bastantes proyectos o demostraciones de interés para pequeñas centrales hidroeléctricas. Tienen ventajas obviamente por la agilidad en la instalación y menores impactos, pero tienen desventajas porque son menos resistentes o robustas ante variabilidades climáticas. Hay proyectos de grandes embalses pero básicamente son los conocidos. No vemos la posibilidad en el corto plazo, más allá de la segunda fase de Ituango, que rápidamente entren proyectos grandes, entonces se ven desarrollos complementarios con térmicas, sean a gas o carbón, y con renovables que vemos que gracias a la Ley 1715 pueden empezar a penetrar lentamente.
¿Qué le dice a la comunidad que se opone a nuevos proyectos?
Nosotros sabemos bien la preocupación que hay en Neiva y en el Huila, y la vulnerabilidad de la región ante el cambio climático. Creo y hemos empezado a revisar desde el punto de vista regional la posibilidad de hacer planes de eficiencia energética para esa región.
¿Qué son esos planes?
Es evitar más bien el crecimiento de la demanda y tratar de evitar los consumos innecesarios, y de ver cómo las expansiones no necesariamente pasan por el departamento.
¿Cómo equilibrar esa necesidad de energía frente a la oposición de la gente?
Yo creo que el país tiene que hacer una reflexión profunda y de mayor envergadura. Hemos ido avanzando con alternativas que a mi juicio no son suficientes. Yo creo que la comunidad no ve claramente los beneficios de los proyectos. Sí siente los costos. Primero tiene que visibilizarse pero de manera real. Los beneficios para la comunidad tienen que ser reales. La gente no los ven posiblemente porque no llegan, entonces hay que garantizar que esos beneficios se vean y lleguen, y además hay que escuchar y explicar a la comunidad lo que significa un país sin energía eléctrica, un país sin recursos y sin posibilidades de crecimiento y desarrollo.
¿Y si se mantiene y crece esa resistencia, como ya se anuncia?
El caso del Huila hay que mirarlo con mucha atención y qué tanto las medidas de eficiencia energética ayudan. Mirar qué posibilidades hay de tecnología que la comunidad sienta menos agresivas con el medio ambiente y con la misma comunidad, e ir avanzando en una discusión más sistemática, con hechos. Hay que elaborar un documento. Tenemos ya unos lineamientos y no tantas mesas de trabajo pero sí hacer unas discusiones para intercambiar documentos sobre cuáles son los inconvenientes que ellos ven para el desarrollo de proyectos, y cuáles son los beneficios que nosotros vemos en ese desarrollo. Así de esa manera, intercambiando información, poder llegar a objetivar los costos que ellos lograr ver y nosotros poderles transmitir los beneficios para la región y para el sistema de la realización de esos proyectos. Es lo que se me ocurre, algo de una pedagogía muy veloz porque creo que hay falta de información y efectivamente los proyectos han tenido efectos negativos en algunas regiones o efectos no deseables que la comunidad no ve que sean compensados, porque lo decía Luis Ernesto Mejía(ex ministro de Minas), en muchas ocasiones las compensaciones son apropiadas de manera privada y no llegan a las comunidades. Las empresas sienten que han compensado pero la comunidad no ve esa compensación.