La Nación
La constitución de 1821 1 26 abril, 2024
OPINIÓN COLUMNISTAS

La constitución de 1821

Mario Andrés Huertas Ramos

 

El pasado 06 de octubre se celebró el bicentenario de la constitución de Cúcuta que inaugura, lo que algunos historiadores han convenido en llamar, la era Grancolombiana. En otras palabras, la vigencia de dicha carta coincide con el auge y caída del Libertador.

Esta constitución fue aprobada, en la Villa del Rosario de Cúcuta el 30 de agosto de 1821, y sancionada por El Libertador, el 6 de octubre del mismo año, como resultado de las sesiones del Congreso que, reunido allí durante cinco meses, instaló el general Antonio Nariño ya en el ocaso de su vida tras una larga y penosa carrera pública.

En este sentido, la carta política denominó por primera vez la República con el nombre de Colombia incluyendo los actuales territorios de Ecuador, Colombia, Panamá, Venezuela y parte del Amazonas brasileño como de la costa nicaragüense.

Administrativamente se definió como centralizada y se dice que esta fue la principal causa de la desintegración colombiana. Sin embargo, se deben anotar otras tantas como la guerra de Santander contra El Libertador, la desconfianza y el recelo diplomático que generó el Congreso de Panamá (1826) en todo el continente y, por supuesto, la constitución boliviana de 1825.

Este ordenamiento jurídico intentó establecer un equilibrio de poderes inaugurando una fuerte tradición presidencialista y un debate aún no resuelto: la reelección. Sentó las bases para el funcionamiento de la administración de justicia y fijó un congreso bicameral encargado principalmente del régimen de hacienda pública.

Sobre esta importantísima materia, se suprimieron y redujeron muchos impuestos coloniales como el de las aduanas internas; se suprimió la alcabala que era del 5% sobre las ventas quedando con una tasa reducida del 2.5% aplicada solo a las ventas de bienes raíces y de mercancías importadas; igualmente, al ser declarados los indígenas como ciudadanos entraron a ser parte del sistema contributivo.

De esta manera, fue derogado el monopolio del aguardiente, manteniéndose el del tabaco dada su importancia fiscal, pues, proveía al gobierno de ingresos necesarios para sostener tanto el ejército que marchaba al sur del continente como los incipientes gastos administrativos. Así las cosas, se hizo imperativo la negociación del primer empréstito con Inglaterra.

Nótese que, la política exterior del momento era una mezcla de estrategia político-militar fondeada con recursos que, a tiempo presente, responde al origen de nuestra deuda externa.

Otro de los avances más importantes fue la libertad de vientres que se define como la abolición y tráfico de esclavos cuyo status se mantuvo para los esclavos existentes y sus hijos hasta que cumplieran la mayoría de edad.

Como se aprecia, la importancia de este marco constitucional radicó en que fue nuestro primer ordenamiento a nivel nacional inaugurando el punto de partida de entidades como la Cancillería que, por estos días, celebra también su bicentenario.

Lo anterior explica, en parte, la puesta en circulación de la moneda de 10.000 pesos conmemorativa al bicentenario de nuestra independencia y que se puso a disposición del público desde el pasado 04 de octubre.