La Nación
“La corrupción en sus justas proporciones” 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

“La corrupción en sus justas proporciones”

Esta célebre frase del expresidente Julio César Turbay Ayala pronunciada hace más de 40 años, fue revivida recientemente por el senador del partido de gobierno Gustavo Bolívar, quien afirmó que era imposible bajar a cero este flagelo, admitiendo con ello la veracidad de la controvertida apreciación del fallecido exmandatario.

La corrupción como fenómeno político y social ha permeado todas las esferas –desde lo público hasta lo privado-, sin que ninguna política pública haya servido hasta la fecha para contrarrestar este mal que se lleva buena parte de los recursos del Estado.

Tal situación ha llevado a que el país esté ubicado en el puesto 91 entre 180 países, según el último Índice de Percepción de Corrupción realizado por la ONG Transparencia Internacional.

Es decir, los resultados en la lucha contra la corrupción siguen siendo insuficientes.  A pesar de las normas aprobadas, de los múltiples órganos existentes y de las políticas institucionales implementadas por cada gobierno, los datos estadísticos son inaceptables.

A nivel regional, casos como la construcción del Parque Isla, el bloque materno infantil del Hospital Universitario, la remodelación del estadio Guillermo Plazas Alcid y recientemente el presunto caso por corrupción en el PAE que involucra al alcalde de Neiva, son ejemplos de los millones de pesos embolatados que nunca son recuperados y la poca capacidad institucional para sancionar disciplinaria, penal y fiscalmente a los responsables.

¿Por qué los resultados en las investigaciones son lentas y poco eficaces? Un manto de duda se cierne sobre los mencionados organismos al no responder al clamor de justicia.

¿Será posible que Colombia no pueda llegar al nivel de ciertos países donde la corrupción es casi inexistente? Esto sería alcanzable si el problema se abordara desde las diferentes aristas, como la educación inicial, la transparencia en los procesos públicos y un mayor trabajo para fortalecer la conciencia ciudadana del cuidado de lo público. Mientras no se aborde la problemática desde el origen, tendremos que aceptar que la corrupción no va a desaparecer.