La Nación
La crisis del agua 1 26 julio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La crisis del agua

El caso de racionamiento de agua en Bogotá es una preocupación que deber ir más allá de la disminución de los embalses que han sido construidos en la cordillera Oriental para abastecer de líquido las necesidades de la capital.  No basta con pensar que el bajo porcentaje de reservas de agua es por la falta de lluvias en un período al que se llama el Niño, sino en que en el fondo el problema proviene de la disminución del cauce de las fuentes hídricas que las alimentan como consecuencia de la deforestación de sus cuencas y por el calentamiento global que parece no detenerse.

Esto quiere decir que Bogotá en el futuro siempre estará caracterizado por el problema de la insuficiencia agua. Más aún, cuando su crecimiento demográfico y urbano de las poblaciones vecinas no se detiene, lo cual traerá como consecuencia el aumento forzoso del consumo de agua por parte de la población. Bogotá tenía en 1964, 1.550.000 habitantes, ahora se dice que tiene 9.000.000.  Si el fenómeno del Niño se vuelve una constante debido al cambio climático, cada vez será más grave la seguía de los embalses y por consiguiente las necesidades del consumo de agua será creciente según el aumento de la cantidad de habitantes.

Pero el caso de Bogotá no es el único ni en Colombia ni el mundo. Problemas similares afrontan muchas ciudades, como ya sucedió en la Ciudad del Cabo en Sur África, Barcelona en España y Sao Pablo en Brasil. En Colombia a diario los medios de comunicación nos informan de la gran cantidad de poblaciones que están padeciendo problemas en el suministro de agua, como nunca se había visto antes, lo cual exige un análisis a fondo del problema y la adopción de una política de Estado para acabar con las improvisaciones, la deforestación y la destrucción de las cuencas hidrológicas que por falta de educación ambiental de la población no se mide las consecuencias de los daños a la naturaleza.

Los ríos y quebradas hay que preservarlos, son la fuente de la vida, o sea de la subsistencia.  Al mismo tiempo permiten la generación de energía eléctrica. Las quemas de los bosques, que casi a diario vemos, la contaminación de las aguas por los residuos humanos, la minería ilegal, el vertimiento de residuos tóxicos de las industrias y la agricultura sin control ambiental alguno agrava el problema.

La alternativa del racionamiento de agua a que ha llegado a Bogotá, es apenas una muestra de la incertidumbre que se genera por la falta de protección de las corrientes que fluyen de las cordilleras. Al gobierno nacional y a los organismos internacionales que han sido creados para el efecto, les corresponde dar prioridad a la adopción de políticas que comprometan a toda sociedad con la prevención de la falta de agua que se ve venir a medida que el calentamiento global se hace más una realidad en el planeta tierra.