La Nación
La culpa no es de la vaca 1 17 mayo, 2024
COLUMNISTAS

La culpa no es de la vaca

Por: José Joaquín Cuervo

No lo quieren reconocer los ciudadanos de bien, no lo quieren reconocer los humanistas, no lo quieren reconocer los intelectuales: El país va mal. No nos esperan buenos tiempos,  si seguimos así, vamos a pasar de ser un país estable económicamente a ser todo un mar de desconfianza,  la miseria nos persigue, somos el segundo país del mundo con mayores desigualdades, el de la brecha abierta  más grande entre ricos y pobres. En donde los ingenuos optimistas se volvieron pesimistas con sólo informarse sobre lo que se nos viene.  El  impune complot contra los pobres pasa desapercibido. La desconfianza, la incertidumbre, la polarización de este país nos está llevando a la más grave desesperanza   que hace mucho no se vivía. Si Señor Gerente del Banco de la República,  Usted tiene toda razón: La polarización  de este país está llevando al traste a la economía; las improvisaciones continuas de este gobierno  de la República Banana que le mete populismo y  demagogia a la economía ha encontrado la fórmula para que ahora el país económico vaya tan mal como el país Nacional.

La culpa deviene de nuestra ambigüedad: Los congresistas mantienen la auto-mordaza y no nos hacen conocer lo que está sucediendo en la realidad, nuestros políticos tampoco tienen rumbo o le hacen perder el rumbo las promesas remuneratorias del gobierno. Promesas que salen a relucir cuando hay peligro de moción de censura o de destapar el último escándalo sobre la existencia de dádivas o mermeladas a cambio de su silencio. No es menos que sospechoso que se anuncie con bombos y platillos los votos de censura de ministros como el de Hacienda o el de Defensa y termine todo en  aplausos y felicitaciones.

La culpa es de los pobres, que además de pobres son irreflexivos. De los que no  diferencian el discurso populista, de  las propuestas emancipadoras de desarrollo humano sostenible: De los que aceptaron desde el primer gobierno de Uribe que ya no habrían derechos adquiridos para los trabajadores. De los que nunca entendieron que la salud no es un servicio sino un negocio de los más poderosos de este país. De los que justificaron la pérdida de la seguridad alimentaria en nombre de la falsa y positiva seguridad democrática. La culpa es de los que justifican el irrespeto de los derechos humanos por parte del gobierno, de los que justifican el asesinato de los líderes sociales. De los que quieren hacer trizas los acuerdos de paz. La culpa es de los pobres y de los brutos que se dejan creer discursos culebreros.  De los que han perdido todo poder de crítica. De los que votaron por Duque y ahora están arrepentidos. La culpa es de todos Nosotros.