La Nación
La protesta sin capuchas 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La protesta sin capuchas

Alexander Molina Guzmán

Definitivamente hay que sacar a los encapuchados de las protestas sociales, porque le están haciendo un daño al mismo acto de protestar que legal y legítimamente tiene la ciudadanía cuando quiere manifestarse contra la corrupción, contra el asesinato de líderes sociales y las políticas que el establecimiento impone a rajatabla para proteger los intereses de los que más tienen poder y dinero en Colombia.

Los encapuchados no representan al conjunto de la sociedad que sin tapujos y dando la cara sale a manifestarse para exigir una vida verdaderamente digna. Es evidente que los encapuchados son grupos organizados, que arrastran a uno que otro incauto, que no sólo destruyen los bienes públicos y privados para generar caos, miedo, y la gente le tema a la protesta, sino que ponen sus actos vandálicos en bandeja de plata al gobierno y a los poderosos medios de comunicación que los utilizan para poner a la gente en contra de las manifestaciones, para que la gente odie la protesta, odie a los protestantes. Hay que sacar a los encapuchados de las manifestaciones, excluirlos del paisaje de la protesta legal y legítima porque no hacen parte de ella; hay que lograr que las organizaciones ilegales de todo orden y hasta los mismos organismos de seguridad, eso no es un secreto, no infiltren las manifestaciones. Hay distintas formas para que los encapuchados vayan saliendo del paisaje de las marchas. Una de ellas, es que los organismos de seguridad se comprometan a no infiltrar las manifestaciones y pongan a disposición toda su inteligencia para descubrir cuáles son los grupos que organizan, preparan a sus encapuchados y los envían a infiltrar las manifestaciones de protesta, y cogerlos antes de tiempo; así como hacen inteligencia para desarticular bandas criminales, que incluye a las que se conforman para robarse la plata pública, cosa que se agradece, así mismo pueden descubrir a los encapuchadores y sus encapuchados.

Eso sí, hay que exigir siempre todas las garantías para que los que salen a manifestarse de frente y dando la cara no tengan miedo de hacerlo; que no se sientan amenazados y perseguidos por el establecimiento; de hecho, eso también lograría que ninguna persona sienta la necesidad de esconder la cara para ejercer su libre expresión.

Y bienvenidos los protocolos que se han actualizado para que los mandatarios locales operen en primer lugar acciones más dialogantes con los manifestantes, y en último lugar se utilice al Esmad como forma de controlar desmanes. Como lo está haciendo Claudia López en Bogotá y lo está intentando el Alcalde de Neiva.