La Nación
“La relación con los padres fue lo más difícil” 1 29 marzo, 2024
ENTREVISTA

“La relación con los padres fue lo más difícil”

Monseñor Froilán Casas se despide de los huilenses. Hace un balance de sus 11 años al frente de la Diócesis de Neiva. Habla de sus momentos más difíciles y de su relación con el poder, los sacerdotes y la feligresía. Confirma que se va a vivir a Boyacá.

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

El próximo 15 de junio, monseñor Froilán Casas dejará de ser obispo de la Diócesis de Neiva. Poco antes de que cumpliera 75 años de edad presentó su carta de renuncia y la Santa Sede nombró a monseñor Marco Antonio Merchán Ladino en su reemplazo.

En entrevista con LA NACIÓN, monseñor Casas hace un balance de sus 11 años al frente de la Diócesis y se refiere a sus relaciones con el poder, los sacerdotes y la feligresía. También habla sobre su futuro próximo.

¿Qué gran balance presenta tras estos 11 años como obispo de la Diócesis de Neiva?

Me mandaron a predicar el Evangelio, y en ese sentido, creo que hemos avanzado muchísimo en impulsar la predicación de la palabra de Dios, es decir, en sacar una Iglesia marcada en los ritos y la religiosidad a una Iglesia centrada en la palabra de Dios. Un cristiano estructurado en la palabra de Dios es un cristiano que llega a tener fe adulta; un cristiano centrado en costumbres religiosas es una fe pegada con saliva. Diversos grupos interpretan a su manera el Evangelio y aprovechan ese vacío en los cristianos católicos. En ese aspecto, avanzamos bastante, pero falta muchísimo. Otro aspecto es la organización pastoral de la Diócesis en términos de la administración parroquial y sus grupos de apoyo. Igualmente, crecimos en nuestra obra social, a través del Banco de Alimentos; no teníamos sede y hoy contamos tres bodegas. Durante el confinamiento de la pandemia, el Banco distribuyó muchísimos alimentos. Crecimos enormemente en calidad y servicio. Y finalmente, logramos aterrizar la labor pastoral y la ajustamos en términos administrativos a la normatividad legal; muchas veces los sacerdotes son muy confiados en la buena voluntad y las leyes son exigentes.

¿Cuáles fueron sus momentos difíciles?

La relación con los sacerdotes. Para un obispo, los sacerdotes son la corona de gloria; uno ve que en las parroquias los quieren, tienen organizadas diferentes actividades de evangelización, desarrollan salones parroquiales, se esfuerzan por mejorar la infraestructura de sus templos. Pero, también son la corona de espinas cuando los sacerdotes no dan ejemplo; por mi amor a la Iglesia, yo tengo que exigir coherencia, cumplimiento y que seamos para la gente signos del amor de Dios. Cuando no hay esa coherencia, me duele y me hace sufrir. Y me tocó tomar decisiones, a veces, muy molestas.

¿Qué tanto le preocuparon los permanentes ataques que sufrió en redes sociales?

Tal vez, no. Toda la vida he sido criticado como sacerdote y como obispo, mucho más. Yo digo las cosas con respeto. Incluso, cuando hablé algo de ecología, hicieron un plantón en la Catedral y salí a darles la cara. ‘Mátenme si quieren’ porque yo solo puedo defenderme con la palabra; ellos fueron respetuosos y los escuché y fui a la Usco. Yo no tengo temor porque uno está enseñando con respeto y amor; la gente espera que el obispo hable, la gente espera que el pastor oriente y guíe al pueblo de Dios. Habrá algunos que criticarán mucho al obispo. Si el obispo asiste a las inauguraciones y eventos oficiales, está con los ricos, pero no dicen nada cuando el obispo está en Baraya, La Troja, en Aipecito, en pueblos y centros poblados, cuando sale a caballo y se embarra; eso no lo ve la gente; no lo ven los neivanos, pero la gente de los pueblos si lo ven. Mi tarea ha sido estar y compartir con la gente.

A partir de su ejercicio como obispo, ¿cómo ve hoy a la región?

Me duele Neiva; me duele el Huila; me duele que este departamento siendo rico, sea pobre. Tenemos una ciudad pegada al río Magdalena en la que pueden hacerse muchas cosas; me duele la ciudad. Neiva necesita un liderazgo que apunte a ser una ciudad acogedora, con espacios para caminar; hemos visto un desorden a nivel vial y hace falta tomar medidas mucho más drásticas, sancionar las infracciones en una línea en la que haya un espíritu cívico. Neiva necesita promover el respeto al espacio público, el respeto a las otras personas; hay mucha agresividad. Y a nivel de liderazgo del departamento, hay que proponer acabar este centralismo que nos tiene muertos; todo tiene que ir a Bogotá y hay muchas trabas. Creo que un cierto federalismo es importante para el país. Debe haber autonomía porque las autoridades regionales se sienten limitadas en su gestión por tanta intromisión del gobierno nacional.

¿Qué diferencia ve en la Neiva cuando usted llegó en 2012 y la Neiva de hoy?

Como ha llegado tanta gente, hay mucho desorden. Yo he pedido, por ejemplo, la construcción de baterías de baños públicos y lugares para que los habitantes de calle tengan donde bañarse. El Municipio tiene alguna obra para atender a esta población, pero habría que fomentarla más para que el habitante de calle se sienta acogido. Falta mucha cultura ciudadana en la línea de Mockus: palo y zanahoria. Hay que hacer pedagogía, pero también castigar la falta. Una persona se estaciona con su vehículo en donde quiere, hace atascamientos y no pasa nada. Y si se les dice algo, uno sale insultado.

¿Qué piensa de los huilenses?

Aquí hay una enorme riqueza y es la gente. Los huilenses son cariñosos y generosos. Cuando ha habido tragedias invernales, la gente acude a las campañas solidarias. Los huilenses tienen muy marcados los valores de la hospitalidad y acogida. ¿Qué les falta?: organización. El Huila merece buenas vías. Cómo llegamos al Nevado del Huila, si no hay buenas vías; cómo llegamos a La Tatacoa, si no hay buenas vías. Se ha hecho bastante, pero falta mucho. Creo que tenemos muchas fortalezas, pero no las estamos aprovechando suficientemente.

¿Qué tan chismosos son los neivanos?

Lo que yo más veo es la envidia. Nos la pasamos criticando al otro y considerando malo a todo el mundo. Viven reformando al gobierno, pero ellos no se reforman; viven criticando el país, pero ellos no cambian. Es necesario que los neivanos promuevan el progreso. Cuánto se hablaba en la época de Pedro Hernán Suárez Trujillo de hacer un teleférico en Peñón Redondo, cuánto se ha hablado de rescatar el Parque Isla, de rescatar el turismo fluvial. Los neivanos deben promover el desarrollo, aprovechando el folclor; el folclor del Huila no lo tiene ningún departamento del país.

A propósito de este año electoral, ¿los huilenses y los neivanos han sabido elegir buenos gobernantes?

Yo no podría juzgar a los que ha habido, pues todos tienen sus múltiples facetas. A mí me pusieran de alcalde, yo también tendría errores y fallas. Nunca vamos a tener un alcalde o un gobernador perfecto. Lo que sí es importante es que se piense bien en la calidad de la persona, en su hoja de vida académica y profesional, en su gestión. Un candidato debe tener como característica la calidad. Uno debe casarse con la calidad y no con un partido o un grupo. Mientras no nos casemos con la calidad, seguiremos siendo siempre mediocres y rastreros. Es mediocre cuando el manejo electoral pasa por una camiseta, un almuerzo o una fiesta.

“La relación con los padres fue lo más difícil” 7 29 marzo, 2024
Monseñor Froilán Casas en entrevista con el editor general de LA NACIÓN, Jesús Antonio Rojas Serrano. De fondo, el altar del Templo Colonial de Neiva.

Hablando de su cargo como tal, ¿en qué momento sintió el fin de su era como obispo de Neiva?

El canon 401 dice que los señores obispos debemos renunciar cuando tengamos 75 años de edad; cumplí 75 el pasado 21 de mayo y presenté la renuncia con antelación. Obviamente, me duele irme porque amo la gente y la labor que se ha desarrollado. Pero, también digo: Froilán Casas vaya y descansa un poquito mientras Dios lo lleva. Ya llevo más de 50 años de ministerio sacerdotal y episcopal y ya es hora de un poco de descanso, pero seguiré siendo obispo y no me apartaré de las celebraciones eucarísticas, de los retiros espirituales, de los encuentros y de la evangelización. Solo que ahora no tendré una carga directa.

 ¿Qué tan difícil es ser obispo de una ciudad como Neiva?

Ser obispo es hoy muy difícil, no de Neiva, sino de cualquier parte. Hay una actitud de crítica permanente hacia la Iglesia; la Iglesia está muy criticada y vilipendiada y nos ponen en la picota de todo lo malo. No se le reconoce todo lo que ha hecho la Iglesia Católica en favor de la educación, la salud, las vías y la cultura. En muchos pueblos, detrás de la fundación de un hospital o un orfelinato estuvo un sacerdote. Nos acostumbramos a ver lo negativo; si alguno falló, nos caen. Hay una actitud agresiva contra nosotros los ministros del Señor. Muchas de esas críticas son sin fundamento.

¿Cuál fue su directriz frente a los casos de sacerdotes involucrados en abuso sexual?

Aquí el obispo no fue alcahueta. Frente al único caso que se presentó en esta Diócesis, las autoridades fueron enteradas. He sido siempre claro. Desde que llegué, incluso, a los 20 días de estar aquí, suspendí a un sacerdote, no por eso, por otras razones. Siempre se piensa que si el sacerdote es suspendido es por el aspecto sexual, no fue así. Hay otros aspectos relacionados con desgreño administrativo y de desorden. Fui exigente con los sacerdotes, pero siendo padre, no fui exigente siendo juez. Yo soy ministro del Señor, pero condenando siempre el pecado.

¿Qué va a extrañar?

Voy a extrañar el quehacer diario. Creo que hay un duelo de dos o tres meses, pero estoy dispuesto a asumirlo con cariño y amor. No cabe duda que habrá un duelo que lo voy a empezar a sentir a partir del 16 de junio.

 ¿Se va de Neiva?

Sí. Me han estado diciendo que los acompañe en la apertura de las fiestas del San Pedro para que estén los dos obispos, les di las gracias, pero yo no puedo ‘opacar’ al obispo que llega. Él es el nuevo obispo y yo debo ya callarme. Seguiré la línea del papa Benedicto XVI quien se retiró y se calló. Hay que guardar y respetar las decisiones que tome el sucesor. Quiero estar con mi familia en Boyacá.

¿Qué sabe de su sucesor, monseñor Marco Antonio Merchán Ladino?

Es un hombre preparado; tiene doctorado en Derecho Canónico. Tiene 53 años de edad, es joven, de manera que tendrán un obispo dispuesto a recorrer toda la jurisdicción de la Diócesis de Neiva.

¿Ha tenido la oportunidad de hablar con monseñor Merchán? ¿Qué consejos le ha dado?

He tenido la oportunidad de hablar con él. Incluso, estuvimos en un foro mundial al que él también fue invitado. Compartimos bastante, pero yo no trato de dar consejos. Él es grande. Él merece mucho respeto.

 ¿Cuál es su mensaje de despedida para los huilenses?

Un saludo, primero, al Diario LA NACIÓN. Un agradecimiento al queridísimo Jesús Oviedo Pérez y su esposa Diana, a la Dra. Claudia Marcela Medina, a usted Jesús Antonio, y a todo el equipo de LA NACIÓN. Llevaré siempre a los neivanos y a los huilenses en el corazón. Reciban todos la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y permanezca para siempre.