Los últimos actos de las Farc dan muestra una vez más de su torpeza política y así se demuestra en la calle en donde el respaldo de la gente al proceso de paz ha disminuido. Claro aquí hay que acudir a la lógica de cada uno. El Gobierno ante la muerte de los soldados en el Cauca, no valoró la tregua unilateral, que gústenos o no, si había reducido el nivel de intensidad del conflicto, ni tampoco los pasos que habían dado las Farc en busca del perdón y en solucionar el desminado. Esto llevado por la opinión pública o por voces respetables como la del fiscal, que acuso estos hechos como crímenes de guerra, cuando en términos jurídicos, es un acto propio del Derecho Internacional Humanitario y por ende no caen dentro de esa categoría de delitos. Ahora bien, luego de la respuesta contundente de las Fuerzas Armadas por el ataque en Cauca, la cual dejó como resultado más de 60 insurgentes en diversos bombardeos o ataques, el pensamiento de las Farc es el de demostrar que no están vencidas, ni derrotadas, que pueden causar daño cuando quieran y en donde quieran. Claro a los unos y a los otros no les importa el proceso de paz, sino demostrarse o demostrarle a la opinión pública que cada quien tiene la razón. El asunto es que mientras las acciones del Estado son aprobadas, las de la guerrilla son rechazadas, a pesar de su lógica o forma de pensar y ahí es donde vienen los errores de interpretación. Lo hecho con los actos terroristas, no muestran su fuerza, sino el desprecio por la población civil o el medio ambiente. Personas inocentes o ecosistemas nada tienen que ver con esta guerra, pero la guerrilla se empeña en involucrarlos, otro error craso. No han aprendido que la población civil, los indefensos o los recursos del ambiente no son objeto de ataques militares y de ahí viene el rechazo de la gente o la falta de apoyo. Claro para ellos no era fácil seguir no haciendo nada, luego de que les matan a 60 de sus hombres, pero si a un golpe se responde con otro golpe, el espiral de violencia continuará por muchos años más. Lo que deben de hacer es volver al cese al fuego unilateral y aprovechar el momento histórico que les está ofreciendo el Presidente Santos, porque dudo mucho que en los próximos veinte años les vuelvan a abrir la puerta como la tienen hoy. Y el Gobierno también debe jugársela, si las Farc han cumplido con el cese al fuego, deben valorarlo y buscar la forma de desescalar el conflicto como hasta ahora y porque no cogerle la caña al senador Uribe cuando habla de zonas de concentración verificables.