La Nación
La transformación del futuro se hace ahora 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS

La transformación del futuro se hace ahora

Por: Carlos Ramiro Chávarro

Muchas veces solo Dios sabe cuál es la magnitud y gravedad de las cargas que llevan las personas en la vida. Lo que sí sabemos es que en general, la vida nos impone dificultades en diferentes medidas y circunstancias que pueden definir lo que hacemos, o que mejor, podemos asumir como retos a superar, bien sea cuando se trate de la necesaria iniciativa y realización de cada individuo, o cuando como miembros de la sociedad recibimos el llamado a la solidaridad y al servicio comunitario para salir adelante ayudándonos entre todos.

Un diagnóstico pormenorizado de nuestra región nos permite evidenciar carencias y necesidades que padecen sectores especialmente afectados y oprimidos, y cuando hablamos de inclusión encontramos que las problemáticas parten desde lo básico, que es la existencia y práctica del buen trato y lenguaje entre todas las personas.

Identificando técnicamente grupos de personas más vulnerables en nuestra sociedad, tal como en el resto del país nos trazamos objetivos claros de inclusión y equidad en el Huila que demandan nuestra dedicación prioritaria y de modo ínter-sectorial en la niñez y los adultos mayores, las mujeres, los adolescentes, las comunidades de todos los géneros, las personas en condición de discapacidad que son un importante 5.1% de la población departamental, y las víctimas de la violencia armada que son casi 170.000 personas afectadas según como las caracteriza la ley 1448 de 2011.

Sobresale la preocupante cifra de un 69% de los adultos mayores que no se encuentran aún registrados o activos en los programas de promoción y prevención de salud. Y si algo demuestra el buen desempeño de una sociedad, es que los abuelos lleguen al envejecimiento activo, satisfactorio y saludable, es decir a seguir con su vida digna hasta el ocaso de los días donde de manera inexorable todos vamos también a llegar.

Y con mayor razón cuando las circunstancias de vulnerabilidad referidas confluyen con la edad, de manera que, aparte de la implementación de los planes institucionales y sociales que se requieren en la actualidad, también es perentoria una transformación social que garantice el mejor futuro que nuestros abuelos, padres, hijos y nosotros mismos merecemos.