La Nación
“La versión del soldado es que fue un accidente” 1 26 abril, 2024
ENTREVISTA

“La versión del soldado es que fue un accidente”

El comandante de la Novena Brigada del Ejército, el coronel Johny Bautista, se refiere por primera vez a la tragedia de los menores en San Agustín y cuenta detalles inéditos del episodio. “El soldado dice que fue un accidente y que cargó su arma sin autorización”, narra. El oficial anuncia que revisarán los protocolos de acompañamiento a la Policía.

 

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

 

El Ejército acaba de estar nuevamente en el ‘ojo del huracán’ por el homicidio de dos menores de edad a manos de un soldado profesional el puente festivo pasado en el municipio de San Agustín, en el sur del Huila.

El uniformado responsable de esa acción fue identificado como Carlos Humberto Mayorga Biojó, de 25 años de edad, quien fue judicializado y cobijado con medida de aseguramiento en guarnición militar.

En entrevista con LA NACIÓN, el comandante de la Novena Brigada, el coronel Johny Bautista, se refiere por primera vez a estos hechos. Dice que el caso “ha sido muy doloroso” y que la versión del soldado es que fue un accidente.

El oficial aprovecha para desmentir que el episodio se haya registrado en medio de un retén militar.

Anuncia que revisarán los protocolos de acompañamiento a la Policía.

 

¿Cómo está el Ejército tras lo ocurrido con la tragedia en San Agustín?

Este es un hecho absolutamente lamentable. Para nosotros, como Ejército, como Novena Brigada, ha sido muy doloroso porque no obedece a la naturaleza de nuestra misión, ni de nuestra actuación normal. Estos hechos han representado una situación muy difícil, a la cual desde el primer momento hemos salido a poner la cara, a reconocer que hubo un error. Hemos salido a ponerle la cara a las familias y a la sociedad en general. Por esa razón también el señor Ministro de la Defensa y el alto mando hicieron presencia al otro día de los hechos, con el propósito de mirar lo que había sucedido, a solidarizarse con las familias de estos dos muchachos y a disponer de todas las capacidades para apoyar a estos hogares y para aportar al esclarecimiento de estos hechos. Fue un error individual que comete este soldado. Serán las autoridades judiciales competentes las que van a determinar el grado de responsabilidad y la calidad del homicidio que se presentó en este hecho.

 

¿Qué fue lo que ocurrió la noche del 15 de noviembre pasado?

Para nadie es un secreto que estamos en una situación compleja del departamento, en donde hay unos niveles preocupantes en materia de contagios de coronavirus. El Gobierno Nacional y las autoridades departamentales y municipales han generado disposiciones y medidas encaminadas a regular las aglomeraciones y restringir el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente en días festivos. Hubo un consejo de seguridad en San Agustín, en el cual participó el coronel Contreras, comandante del Batallón Magdalena, y es la Administración Municipal la que solicita al Ejército el apoyo para controlar el desorden social que se viene presentando en ese municipio y en algunos centros poblados. Se coordinó con la Policía Nacional y nosotros entramos a acompañarlos. Las tropas, a través de una escuadra al mando de un suboficial, llegaron a ese punto, así como el comandante de la Estación de Policía de San Agustín y otro miembro de la Policía. En El Palmar de Obando, en ese momento, había mucha gente consumiendo bebidas alcohólicas, irrespetando las medidas estipuladas por las autoridades municipales. En este sector hay varias cantinas y billares. La intención era persuadir a la gente para que se retirara a sus casas y para que la Policía efectuara las sanciones correspondientes. Cuando hace presencia la autoridad, se produce una desbandada y la gente salió de manera desordenada para evadir los controles.

 

¿Qué pasó seguidamente? ¿Qué dice el soldado? ¿Por qué disparó?

En medio de la desbandada, salen unas motos a alta velocidad y en una de ellas es en la que van los dos menores de edad. Yo quiero hacer claridad: no hubo un retén. La información ha sido imprecisa. No fue un retén, nunca hubo un retén del Ejército. Había unos soldados, entre ellos el soldado Mayorga, en una calle con el propósito de brindarle seguridad a la Policía para que hiciera sus procedimientos. Una de estas motos se aproxima por esta calle; el soldado sale y le hace la señal de pare. La moto acelera y el soldado para evitar ser arrollado hace un movimiento brusco. En ese ejercicio, el soldado dispara de manera accidental el arma, con tan mala suerte que esos disparos impactan la humanidad de estos jóvenes, quienes, unos 50 metros más adelante, caen producto de las heridas. De manera inmediata, la Policía Nacional, con un vehículo, hace la evacuación; en el hospital de San Agustín muere un muchacho y en Pitalito, muere el otro, desafortunadamente.

 

¿Fue un solo disparo?

Entiendo que fue una ráfaga de tres disparos. Se acciona el disparador y ahí se van tres disparos. Aquí que hay: hay un error –y lo digo sin que se surta toda la investigación que tendrá que darse—porque el soldado no tendría que tener el fusil cargado, es decir, nosotros manejamos un cartucho por la vida, como lo llamamos nosotros, que es un dispositivo amarillo que tiene el soldado en el fusil y que permite evidenciar que el fusil no tiene cartucho de guerra en la recámara. Por eso, decimos que desafortunadamente hay una decisión individual. Tendrá que investigarse por qué el soldado lo hizo, si fue que el soldado se sintió presionado, si tuvo miedo en un momento dado y se sintió más seguro con el arma cargada para proteger su humanidad. Son hipótesis que tendrán que ser determinadas por las autoridades en el momento en que ellas califiquen el homicidio. El soldado siempre presentó una excelente conducta, con cuatro años en la fuerza, nunca tuvimos problemas disciplinarios con él. Este es un muchacho oriundo de Tumaco, Nariño. Aquí hay otra tragedia, que es la de este soldado y de su familia. El papá de este joven es un señor de escasos recursos y que derivaba su sostenimiento de lo que este muchacho les apoyaba. Lo tenemos en Pitalito apoyando su hijo para fortalecer la parte humana. No hay una decisión deliberada de que un soldado dispare contra la población civil. Nosotros tenemos muy claro el tema de los derechos humanos.

 

¿Qué tipo de entrenamiento reciben hoy los militares en materia de uso de armas?

Los soldados se reentrenan cada cuatro meses. Los soldados duran cuatro meses en operaciones, salen a permiso, regresan y van al Batallón de Instrucción, Entrenamiento y Reentrenamiento ubicado en el municipio de La Plata. Allá, además de reforzar nuevamente sus destrezas tácticas y técnicas, reciben capacitación en derechos humanos. Nosotros tenemos un eslogan en el Ejército: ‘Es preferible que se vaya un delincuente, a que muera un inocente’. Ante la duda, nosotros preferimos evitar el uso del arma. Frente al caso del soldado, nosotros desde el primer momento, nos hemos puesto a órdenes de las autoridades competentes. La Fiscalía está adelantando todo el proceso y ya se dio la imputación de cargos, en el marco de la Justicia ordinaria. Aún tendrá que darse la definición de competencias entre la Justicia ordinaria y Justicia penal militar y lo va a determinar el Consejo Superior de la Judicatura en la instancia que corresponda según los tiempos procesales.

 

En resumidas cuentas, ¿La muerte de los menores fue un error?

Esa es la versión que nos da el soldado. Antes de este procedimiento, en la Estación de Policía de San Agustín, el suboficial, comandante de la patrulla militar, hizo la revisión de las armas y les recordó que tenían que ir con el arma asegurada. Cuando se dan los hechos, la versión que da el soldado y sus compañeros es que en el momento inicial no hubo conciencia de lo que había pasado porque los muchachos cayeron más adelante. Cuando caen en cuenta que hay unos jóvenes caídos, el soldado entra en pánico y le reporta al Cabo que cometió un error. Él dice que fue un accidente y que cargó su arma en el movimiento sin autorización. Y que para evitar ser arrollado por la moto, hizo un movimiento brusco y desafortunadamente, con su mano, accionó el disparador.

 

¿Qué lecciones deja este hecho para la Novena Brigada del Ejército?

Hay muchas lecciones. Nosotros manejamos unos procesos muy rigurosos en este sentido. Cada vez que tenemos una situación positiva o negativa, generamos un análisis que conocemos como RDA, Revista Después de la Acción, encaminado a analizar de manera crítica qué cosas pasaron. Una de las lecciones es que tenemos que revisar muy bien nuestros protocolos en este ejercicio de apoyo a las demás autoridades. Ya estamos en esto y lo vamos a socializar con la Policía para minimizar todos estos riesgos. El señor Ministro de Defensa ha dado órdenes muy claras: habrá un reentrenamiento especial direccionado a cómo tienen que actuar los soldados en el marco de estos contextos urbanos. Estamos en el proceso de construcción de este protocolo. A todos nosotros nos queda una lección de que no nos podemos confiar. Todos los días debemos ser cada vez más rigurosos. Finalmente, nosotros somos seres humanos, el ser humano es falible y comete errores, y es lo que queremos evitar. Vamos a estar encima de estos procesos. Los soldados no nos levantamos con la intención de cometer un error o hacer un daño; los soldados nos levantamos todos los días con la intención de servirles a los huilenses, incluso, con la conciencia plena de que en ese servicio, pueda quedar nuestra vida.

 

Le pregunto por otros temas, ¿Cómo está hoy Algeciras, afectado este año severamente por los asesinatos?

Después de este período difícil que se ha dado, de 22 homicidios que se han presentado en Algeciras, y de todas las acciones que en cabeza de todas las autoridades se han adelantado, de las capturas que se han hecho, hemos incrementado la dinámica operacional y la presencia institucional en cabeza del Batallón de Alta Montaña 9. Hemos estado en los puntos más críticos, haciendo una presencia activa, con el propósito de generar una percepción de seguridad y desincentivar las acciones criminales. Ya llevamos casi dos meses de una tranquilidad relativa. Y digo relativa porque no nos podemos confiar. Estamos haciendo todo el trabajo necesario para capturar a los delincuentes de una nueva organización delincuencial en Algeciras que está al mando de alias ‘Paciencia’. Ese es nuestro objetivo principal. A este delincuente hay que ponerlo en manos de las autoridades competentes. Debe estar tras las rejas porque es un asesino y está dedicado con los otros delincuentes que él dirige a extorsionar. Él es el autor de alrededor de 10 crímenes, incluyendo los asesinatos colectivos que se han dado. En este momento, hay tranquilidad y esperamos que lo podamos consolidar.

 

Finalmente, ¿Cómo está terminando este 2020 en materia operacional la Novena Brigada?

El balance es muy positivo. A lo largo del año, hemos logrado dar unos importantes resultados. Estamos hablando de 458 capturas que se han hecho por diferentes delitos. En operaciones militares, hemos abatidos dos delincuentes, que fueron sorprendidos en flagrancia y atacaron las tropas. Se han hecho incautaciones de 7 armas de fuego de largo alcance y 25 armas de corto alcance. Se han incautado más de 4 mil municiones de diferentes calibres. Se ha logrado destruir de manera controlada 28 artefactos explosivos. Hemos logrado golpear contundentemente el narcotráfico; en lo que va corrido del año llevamos 10,5 toneladas de marihuana incautadas en vías del Huila; hemos incautado 1,5 toneladas de pasta de base de coca; llevamos media tonelada de clorhidrato de cocaína incautada. Hemos doblado los decomisos y las incautaciones. Es un balance positivo, que tiene que medirse en términos de una mejor percepción de seguridad.