Las alarmas están disparadas en todo el país por cuenta de las amenazas que ha lanzado la guerrilla del Eln, luego de la muerte tras un bombardeo de ‘Fabián’, uno de sus cabecillas, en las selvas del departamento de Chocó.
“El gobierno de Duque y el ministro Molano nos han autorizado para usar de manera desproporcionada la fuerza y los explosivos. El Gobierno y los militares no pueden volver a sacar los argumentos sesgados que cuando nosotros usamos los explosivos es terrorismo, pero cuando los usan ellos es legal. Hoy hacemos público nuestro dolor convocando a toda nuestra fuerza combatiente para que se apreste a sorprender con acciones de igual dimensión al enemigo que enfrentamos, respetando siempre la integridad de la población”, ha sido la advertencia del grupo guerrillero, que debe ser tomada en serio.
Aunque el Eln no ha sido históricamente numeroso en hombres ni tiene un radio de acción como el que alcanzó a tener la guerrilla de las Farc en el territorio colombiano, su capacidad de hacer daño no se puede menospreciar.
Por eso, ha sido importante el mensaje que ha entregado el presidente Iván Duque, como máximo jefe de las Fuerzas Armadas, tras conocerse estas amenazas: “Los combatimos y los seguiremos combatiendo con toda la determinación y que le quede claro a quienes quieren amenazar a Colombia con comunicados, desde la protección que les da la dictadura en Venezuela, que aquí hay una Nación que se hace respetar”.
En efecto, el país no puede dejarse intimidar por grupos ilegalmente armados, enseñados a asesinar, secuestrar, extorsionar y traficar droga, y debe disponer de toda su capacidad operativa y de inteligencia para reducirlos.
Las autoridades están en la obligación de defender la vida, honra, bienes, derechos y libertades de todos los colombianos.