La Nación
Las personas LGBTI no viven, sobreviven 1 13 mayo, 2024
OPINIÓN COLUMNISTAS

Las personas LGBTI no viven, sobreviven

Andrea del Pilar Bautista Perdomo

En Colombia, ser homosexual estaba prohibido hasta 1980. Incluso, al día de hoy, dichos relacionamientos están legalmente castigados en 70 países del mundo. Las personas LGTBI entonces no son sólo rechazadas formalmente por el Estado y la Iglesia, al negarle derechos que deberían garantizarles, donde este último ha hecho propaganda contra diversidad y ha protagonizado persecuciones y asesinatos en nombre de mandatos conservadores; sino que también son apartadas de los núcleos sociales a lo largo de la vida: primero, son rechazadas por sus espacios familiares, ya que, según la psicóloga Lívia Gonsalves “la familia se ha considerado históricamente como una institución que protege las normativas tradicionalmente heterosexuales, por lo que se les otorga implícitamente un poder especial a los padres sobre exigir y decidir en torno a la sexualidad de los hijos”, esto elimina la posibilidad de relacionarse desde el amor, el respeto y la libertad; luego abandonan la educación como resultado del acoso y la discriminación, ya que de acuerdo con el informe emitido por la organización Colombia Diversa del año 2016 el 67% informó que se sintió inseguro/a en su colegio debido a su orientación sexual y casi más de la mitad 54.8% se sintió inseguro/a debido a la manera como expresa su género.

Luego, en la esfera laboral, hay un rechazo categórico hacia las personas trans, donde cerca del 81% de estas serán discriminadas en el proceso de selección. A su vez, la discriminación se perpetúa en la salud, tanto en el ámbito institucional, donde muchas tendrán que batallar a través de tutelas para que puedan acceder a este derecho, como en términos culturales, ya que la homosexualidad no es aceptada como condición sexual natural de una persona, sino que se observa como anomalía que debe ser “reparada”, y aún subsiste una tendencia a suponer que la orientación sexual es una enfermedad, lo que aumenta la posibilidad de rechazo.

Finalmente, nos encontramos con el peligro inminente a la vida física, donde en Colombia durante el 2020, fueron asesinadas 1 cada 4 días, y por otro lado, el 24% de las causas de muerte son el suicidio. Cabe aclarar que el suicidio no se debe a su identidad como diversidad sexual y de género, sino a la forma en que el mundo reacciona a su identidad, a partir de todas estas brechas discriminatorias que se han expuesto.