La Nación
COLUMNISTAS

Liberal, siempre liberal

Como tantas veces lo he expresado, he sido, soy, y aspiro serlo hasta el último día, militante del Partido Liberal. Institución política a la que tanto debo en los planos local, regional y nacional. Comparto, pues, sus empeños en los diferentes escenarios. Pero es más. Considero conveniente para la salud del común, participar consciente y activamente, en las diferentes jornadas democráticas, teniendo siempre como norte “el bien de la comunidad”, justificación histórica y política de los distintos Partidos y Organizaciones Sociales, en el sentido de que “obras son amores y no buenas razones”.

Justicia y paz: requerimientos nacionales.- Colombia espera que, entre la institucionalidad y la insurgencia, prevalezcan la sensatez y el decoro patrios, más allá de las declaraciones y actitudes de “buena voluntad”. De uno y otro lado, se perciben ofertas de paz, pero conviene que las palabras vayan acompañadas de hechos concretos y actitudes coherentes. No basta con expresar en voz alta “queremos la paz”, es necesario que más que palabras halagadoras, hayan hechos convincentes. Sin perder de vista que la paz es un proceso que debe identificarse objetivamente con la justicia en los escenarios social, económico y político, porque sin justicia, digámoslo con franqueza, la paz es simple quimera.

Dos serios compromisos.-Estamos ad portas de dos serios compromisos: las festividades sampedrinas y las elecciones de octubre. Cada uno de ellos  debemos privilegiarlos de la mejor manera, porque está implicada la comunidad. En el primero, nuestra historia y cultura. Y en el segundo, nuestro quehacer institucional. Respecto del primero, y sin perder su autenticidad, conviene revisar, una y otra vez, su organización y financiación. Ambos escenarios, comprometen su pasado y futuro. Y sin perder su origen, ni arriesgar su posteridad, andar como se dice “con los pies sobre la tierra”.

Acciones y descalificaciones.- El deporte, desde la época de la antigua Grecia, se concebía como una opción de paz. Pero ahora, por los hechos conocidos a nivel internacional, se ha tornado en piedra de escándalo en circunstancias que afecta sensiblemente a la opinión pública, no solamente por lo hasta ahora conocido, sino por lo que se presume, con inmensa preocupación. Los medios internacionales dedican amplios espacios a esta sorpresiva circunstancia, que tiene perceptiblemente inquietos a algunos países.