Al otro lado del miedo nos está esperando la felicidad; es una de las reflexiones más profundas que me ha dejado el libro ‘Leer es Resistir’ de Mario Mendoza. Un texto apto para quienes desean ver el mundo de los fracasados, los drogadictos, los alcohólicos, los enfermos, los que padecen algún tipo de dolor y los que aprenden de sus dificultades para reinventarse. No es un libro de superación personal, es una narrativa de convivir y abrazar las desgracias.
Podemos encontrar autores, personajes, relatos y lectores que atraviesan la vida de Mario, en una escritura para inspirar a otros, para salir del círculo vicioso de ver los problemas como cárceles; y además, en un podcast realizado por El Espectador, dice que, “…hay que tener cuidado con la gente que sufre mucho porque es la gente que tiene un ego muy grande, porque si no dónde le cabe tanto sufrimiento”, y tiene razón, con aquellos que a través de la lástima, suelen cubrir sus inseguridades y miedos para no confrontarlos.
Frente a la esfera literaria, hace una crítica a las élites académicas de algunos que creen que son intelectualmente superiores a los demás y no. En cuanto a escritores, algunos resisten a la sombra de ser “exitosos”; no van en búsqueda de likes en redes sociales o fama, lo hacen para dejar la obra. Hay una realidad, no tendremos premios Nobel por doquier, ni hay que buscar serlo.
En muchas de las historias cortas que podrán encontrar en este libro, verán a personas con un sentido profundo sobre sus vidas, y cómo superaron el ‘qué dirán’, la envidia, el temor a ser fracasados o las aversiones sociales. Mario lo compara con el deporte, queremos ser el jugador talentoso por momentos o el deportista de alto rendimiento.
La sociedad moderna nos ha llevado a interpretar la felicidad con parámetros de conducta o consumo lineales. Liberarse del ego implica reconocer nuestra imperfección y amarla. Por su parte, la literatura nos permite vivir otras vidas, como una herramienta vital en ese proceso.