Son cada vez más frecuentes las denuncias que hace la gente sobre los atropellos de Avianca a sus usuarios. Todo porque en esta empresa no existen normas de respeto y cumplimiento de los deberes y obligaciones para con sus pasajeros. El periódico La Nación del pasado lunes informó sobre el abuso de que fue víctima un congresista que estaba de visita en Neiva y, pocos días antes, sobre una dama de la radio a quien le adelantaron el vuelo, por lo cual no pudo viajar perjudicando sus compromisos personales en Bogotá. Así como estos, hay muchos casos que sin que nada pase.
Quiero contar, para demostrar la realidad, lo que me ocurrió en el mes de septiembre pasado. Desde hace más de un año lidero el grupo – Visiontur- de investigación cultural y turística de Corhuila. Con el apoyo económico de esta universidad se programó un foro sobre las características culturales y arquitectónicas del proyecto Pueblito Ullumbe para ser construido en San Agustín en el cual participarían estudiantes, profesionales de la arquitectura, profesores de las ciencias sociales e invitados de San Agustín. La figura central del evento sería el académico, antropólogo y arqueólogo, Héctor Llanos Vargas, a quien, con recursos que la universidad puso a mi disposición, se le compraron los pasajes con veinte días de anticipación, Bogotá- Neiva – Bogotá, para el día del evento que empezaba a las 4.00 pm. del día 13 de septiembre, vuelo de la 1.00 pm. Faltando una hora para el despegue del avión, el doctor Llanos Vargas se presentó a Avianca en Bogotá, lo registraron como pasajero, pero media horas después lo llamaron para decirle que su vuelo lo aplazaban para por la noche. No aceptaron explicación alguna del Académico sobre la necesidad de volar a esa hora. El evento tuvo que ser cancelado, perjudicando una labor académica de gran importancia para la universidad y para el Huila. Avianca no mide las consecuencias de sus abusos y prepotentes arbitrariedades.
Ya han transcurrido 5 meses de tal hecho. Avianca venido negando el reembolso del valor de los pasajes a quien los pagó con cargo a la tarjeta débito, argumentando que devolverá su valor solamente al viajero y no a la institución ni a la persona que los pagó.