La Nación
Los explosivos en Neiva 1 26 julio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Los explosivos en Neiva

Los ocho petardos accionados en Neiva han incrementado el miedo y la percepción de inseguridad, un fenómeno que debe preguntarnos por los responsables, ante un panorama desalentador ya vivido en el pasado. La inseguridad es de carácter multidimensional, pero pueden existir al menos tres presuntos autores intelectuales para ganar reconocimiento en la búsqueda del poder político y económico.

El primero puede obedecer a las disidencias que se han fortalecido y vuelto a ocupar zonas estratégicas para los corredores del narcotráfico, que en nuestro caso ubica a Neiva como una ciudad intermedia que sirve de estación receptora para la movilidad de estos grupos organizados. Anteriormente, la lucha armada de estos grupos obedecía a una búsqueda por el poder del Estado, pero aproximadamente después de los años 80 se alimenta del control territorial para garantizar las rutas que conecten con las salidas marítimas para los cargamentos. Este hipotético camino tendría como herramienta principal la presión ciudadana frente al Presidente de la República, para buscar, ya sea una salida negociada, como lo ha intentado con la paz total o una guerra frontal con las fuerzas armadas para garantizar una autoridad regional.

El segundo camino obedece a una interpretación local, ante la situación que afronta la ciudad con la perdida de categoría para el año 2025 por el mal manejo financiero, el pésimo estado institucional y una deuda pública desbordada, podría surgir la pregunta, ¿a qué grupo político le puede servir una percepción de mal gobierno en Neiva?; y aunque parece una versión conspirativa, la única respuesta la debe tener el grupo de inteligencia de la Policía Nacional con la captura de los actores materiales para determinar si los hechos fueron de manera sistémica, coordinada y supeditada a una directriz superior. Si fuera de manera aislada, sería la tercera hipótesis, que obedece a la delincuencia común por el no pago de extorciones.

Finalmente, puede ser la combinación de las 3, ninguna o en su defecto otra hipótesis. Lo lamentable es que hemos naturalizado la violencia, cuando lo normal sería disfrutar tranquilamente de nuestra ciudad; como decía Facundo Cabral “una bomba hace mas ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida”. La seguridad es la mayor muestra de afecto que puede brindar cualquier gobierno.